Estamos atravesando la mayor crisis sanitaria que recordamos, donde se tuvo que decretar el estado de alarma y fuimos conscientes de la gravedad de la situación aceptando las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y confinándonos el tiempo que nos dictó el Gobierno, medida que agradecemos y que fue la mejor opción. Llega la desescalada y comienza la carrera de las comunidades autónomas por ser las primeras y mejores gestoras de esta crisis, como si se tratara de un mundial y hay que pasar de fase, sin importar la salud de las personas y solo centrando los discursos en la economía que, sin duda, es una de las fuentes de la riqueza. Y aquí es a donde quería llegar, que es la parte del deporte, donde la RFEF es la primera en meter presión al Gobierno para reanudar la liga de fútbol porque es evidente que se trata de un motor importante de la economía. A la vez, deportistas profesionales de otras disciplinas también alzan su voz para poder iniciar sus entrenamientos, pero a estos les cayó una lluvia de improperios, cuando deberían ser las respectivas federaciones las que asumieran su responsabilidad en defensa de sus deportistas. En el fútbol fueron Liga y federación las que dieron el paso, no los jugadores.
Es evidente que no hay ninguna federación que tenga el peso de la del fútbol, pero sí tienen que trabajar y dar la cara los dirigentes federativos para eso son profesionales y bien remunerados. Ahora que ya estamos en la desescalada y las medidas nos permiten cierta actividad, los clubes (en nuestro caso natación, triatlón) nos vemos totalmente perjudicados con la nueva normativa para esta fase y me temo que para la siguiente. Mi pregunta es: ¿Qué están haciendo estas dos federaciones para presentar un protocolo de actuación y poder empezar los entrenamientos en unas condiciones que garanticen las medidas de seguridad de todos?
Ahora mismo lo que parece importar a las federaciones es que su centro de tecnificación esté abierto y puedan entrenar los deportistas de mayor nivel o profesionales, medida que aplaudimos, pero ¿qué están haciendo para que los clubes retomemos la actividad? ¿Qué pasa con su viabilidad? ¿Y con los entrenadores en nómina? No puede ser que se pueda reunir un grupo de 15 chicos para sus relaciones sociales y no con su entrenador haciendo deporte, y que solo pueda estar más de uno por calle.
Los clubes más modestos -el 90%- estamos sufriendo la incompetencia tanto de federaciones como de instituciones, a las que se les llena la boca hablando del deporte en general y de la base en particular, pero luego no veo a ningún dirigente velando por nuestros intereses. ¿Cuántas reuniones tuvimos con nuestras federaciones para informarnos de la situación? ¿ Y con los concellos? Claro que estos se reúnen con las empresas privadas que ya vemos lo mucho que miran por la salud de nuestros niños. ¿Por qué será? Lo que pedimos es un poco de empatía y que nos tengan en cuenta a la hora de volver a la actividad con la mayor seguridad y en unas condiciones como las que se merecen nuestros deportistas.