Miliki: Un rapero que se abre paso desde Noia

lucía eiras / m. x. b. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El cantante llena sus primeras salas de conciertos y sus temas, compuestos por él mismo a partir de vivencias personales, suman cientos de visitas en Internet

04 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La música es una forma de desconexión universal. Hay quien disfruta escuchándola y otros, en cambio, deciden darle forma. Es el caso de Borja Moledo (Noia, 1999), conocido entre sus amigos como Miliki, quien de adolescente decidió empezar a poner letra a sus sentimientos. «Comecei con 14 ou 15 anos a escribir cousiñas que me ían pasando e outras que sentía», comenta.

En el 2016 subió su primer tema a plataformas digitales. Un chaval que compuso, produjo y grabó su propia canción. «Recórdome inexperto, facendo algo que me gustaba. Fíxeno eu todo, de aí que se note unha gran evolución cos que presento agora. Nestes momentos teño axuda e o cambio é evidente», asegura el artista, al que acompañan la producción de Dreama y JG Filmmaker.

Después de cuatro años, puede decir que sus letras son su forma de desahogarse. Por ello, a pesar de las evidencias evolutivas que muestran sus composiciones, todas siguen un hilo común: su historia. «Sigo baseándome na miña vida para escribir. Conto cousas que me pasan cos colegas, vivencias ou acontecementos do pobo», explica.

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Moledo define su propia trayectoria con la palabra facts, hechos, ya que es el punto del que parte y en el que sigue su carrera: «A miña música é, dende logo, os feitos que eu vivo e que podo contar». Fiel a su estilo, tiene claro que lo va a mantener durante todo el tiempo que pueda seguir disfrutando de la música.

Con cada nuevo tema fue cogiendo más popularidad en la zona. El pequeño Miliki se convirtió así en MLK, su nombre artístico, en el que une pasado y presente: «Era como me chamaban os meus colegas, que foron e son os que me acompañan nos temas».

También estuvieron presentes en la grabación de sus primeros videoclips. Consideraron que hacerlos desde el comienzo era la mejor forma de dar a conocer una historia: «Movémonos dende o principio e eles apoiáronme cando estaba só». Esto último ya no es así, pues la profesionalización de su música le llevó a contar con una persona encargada de la producción: «Fun coñecendo xente que me foi botando unha man. Agora conto con Filmmaker, que se encarga dos vídeos».

El estilo urbano ocupa las primeras filas de la agenda musical actual, género en el que MLK encaja sus temas a pesar de la dificultad que supone establecer etiquetas de este tipo. «Realizamos nós a base, o beat, as letras, o vídeo e a idea. Aínda que sexa máis moderno non é nada comercial», explica el artista.

Moledo consiguió poco a poco dar sus primeros conciertos y llenar pequeñas salas: «Comezamos facendo bolos nun bar de Noia e tamén no local de ensaio. Nestes logramos vender todas as entradas». También participó en el festival de la localidad O Peregrino, organizado por la asociación cultural La Grotta, donde compartió escenario con artistas como Yung Sarria y Neelo.

La música fue uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria y aunque los conciertos son muy diferentes a lo que se venía haciendo hasta el momento, volver a los escenarios siempre es una motivación. MLK lo hizo en A Pousada da Galiza Imaxinaria, en Boiro, con lleno absoluto y, reconoce, con muy buenas sensaciones: «Eu e o meu compañeiro, Miguelín, saímos de primeiros no espectáculo e foi espectacular», asegura. A pesar de las diferencias con los directos anteriores, admite que fue uno de los que más disfrutó y donde notó a la gente más activa. «As sensacións foron moi boas», reconoce.

Con el éxito latente de su último concierto y de los temas más recientes, Mande, disponible en Spotify; Calentura, que en tres semanas superó las 500 reproducciones en YouTube; y Vuélcale, que consiguió casi dos mil en tres meses, MLK continúa pensando cómo mejorar: «Cada día tentamos dar un paso máis. O que teña que pasar, pasará». Así, a la vez que realiza sus estudios en Educación Infantil, aspira a poder vivir algún día de la música.