
Andrea González pasará las fiestas en la ciudad escocesa de Perth debido a las restricciones impuestas en el país británico
23 dic 2020 . Actualizado a las 20:12 h.Las películas navideñas crearon muchos clichés en torno a estas fiestas, y uno de los más repetidos es el de celebrarlas rodeados de nieve. Pero la idea deja de ser tan atractiva cuando toca vivirla así por circunstancias que se escapan a tu elección. Es el caso de la ribeirense Andrea González Mariño, que deberá pasar la Navidad a más de 1.520 kilómetros de su casa. Reside en Escocia, concretamente en la ciudad de Perth, desde que hace un año y ocho meses optó por hacer las maletas para mejorar su inglés. Encontró un trabajo y decidió quedarse allí.
El año pasado González pudo pasar las Navidades en casa, con su familia, algo que esta vez no será realidad. «La idea de ir a Ribeira la tenía, pero al final... Si salía de Gran Bretaña tenía que hacer dos semanas de cuarentena al llegar y otras dos al volver a Escocia». Este 2020 fue poco usual para ella, ya que tampoco pudo desplazarse a Ribeira en verano y ahora pasará sus primeras Navidades lejos de su familia.
«Es un poco raro, además es una época en la que echas de menos a los tuyos. Aunque tal y como está todo no me puedo quejar», cuenta González. Ya hizo planes alternativos para las fiestas, que tuvo que cambiar por las nuevas medidas más restrictivas implantadas en Escocia a raíz de la aparición de la nueva cepa del coronavirus. «Mi novio y yo nos íbamos a juntar para cenar por Nochebuena con dos amigos. Al final nos reuniremos el 25 para ir a dar un paseo y comer juntos», concreta la ribeirense.
Conectada con la familia
Para Andrea serán unas fiestas en las que no estará arropada por sus padres, su hermano y su abuela, pero no faltarán las llamadas y las charlas online a través de las que celebrarán las Navidades desde la distancia. «Normalmente hablamos todos los días por teléfono, pero en Nochebuena y Navidad haremos videollamadas». La situación es nueva para todos, y para llevarla de la mejor forma posible recurren al humor. «Me estuvieron mandando fotos de lo que van a comer y me comentaron lo que van a hacer estos días sin mí. Hay que tomárselo así», apunta.
La opción de que sus padres vayan hasta Escocia tampoco es viable por las medidas implantadas, pero Andrea se queda con la parte menos mala de pasar las fiestas en Perth: «Siempre me quejo de que se haga de noche a las tres de la tarde, pero en estas fechas es maravilloso porque los adornos están encendidos y es muy navideño», cuenta. La ribeirense tiene la esperanza de volver a casa en el 2021.