Tan rápido como se propagó la noticia del incendio por las redes sociales, comenzó a germinar en esos mismos canales una oleada de solidaridad. «Todos somos Jealsa» es el mensaje que empezó a llenar los muros y perfiles de vecinos, empresas, asociaciones y clubes deportivos. Porque pocas veces ese tipo de expresiones tan manidas que se reproducen hasta la saciedad cuando ocurre una tragedia son tan literales.
Efectivamente, Jealsa somos todos en esta comarca. Muy pocas personas de Barbanza podrán decir que no tienen a un amigo, a un vecino, a un familiar, a un antiguo compañero de instituto o a un pariente lejano trabajando para la compañía boirense. Muy pocos podrán afirmar que no conocen a nadie empleado en O Bodión o en las instalaciones del grupo en A Pobra. Por eso, en cuanto el humo comenzó a brotar de la fábrica, todo el mundo se alarmó. A la mente de todos vinieron los miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, que se veían amenazados por las llamas. Y cada cual se encomendó a sus dioses, católicos o paganos, en busca de intercesión para frenar el avance del fuego.
Jealsa somos todos también porque la compañía ha tejido una amplia red de patrocinios y apoyo a clubes y deportistas, y ha tendido puentes con entidades de todo tipo de la mano de su programa de responsabilidad social corporativa, así que su vinculación con esta comarca va mucho más allá del movimiento económico que genera, que es importantísimo para Barbanza.
Ahora toca evaluar los daños y levantarse. Lo conseguiremos, porque «Boiro, e toda a comarca, está no mesmo barco con Jealsa».