Tomadura de pelo a los jubilados

Cipriano Ramón Paz BUZÓN DEL LECTOR

BARBANZA

MARCOS CREO

Aun sabiendo que el riesgo es cero, obligan a mantener una póliza de seguro para que el anciano no pueda disfrutar de lo que ha ganado y tiene derecho a su disfrute: la pesca deportiva

05 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Vieron alguno de ustedes que los pescadores jubilados maltratasen, rompiesen o quemasen contenedores portuarios, papeleras (ausentes) u otros enseres o bienes públicos? No, verdad. Pues, nuestros políticos portuarios, en su estupidez supina, así lo creen. Dictan normas (de cuya legalidad tengo mis dudas) injustas y, a todas luces, estúpidas. Aun sabiendo que el riesgo es cero, obligan a mantener una póliza de seguro para que el anciano no pueda disfrutar de lo que ha ganado y tiene derecho a su disfrute: la pesca deportiva. Quieren prohibir un sosiego y un solaz merecido a una tercera edad que trabajó 40 años y más, para que hubiese instalaciones y bienestar. No buscan la seguridad del viejo; obligan al pago de una póliza y lo demás da igual. Ya puede entonces morirse, el asunto es recaudar. Estos, amigos jubilados, no miran porque no ven, no escuchan porque no oyen y no gobiernan porque no saben. Para ellos, no son peligrosas las rampas llenas de verdín y en mal estado, con escasas argollas donde amarrar los barcos abarloados de siete en fondo, sin luz suficiente y donde solo cuenta la juventud, la pericia y los medios propios de nuestros marineros para poner pie en tierra.

 La nebulosa inteligencia de nuestros dirigentes no alcanza a ver estos peligros diarios de la gente de mar, pero sí puede adivinar y suponer que un viejo, con su caña, pueda producir averías en las pétreas instalaciones portuarias por valor de 450.000 euros o causar daños a terceros por 400.000. ¡Hay que alimentar aseguradoras! (Si no existe el riesgo, se inventa) ¡Que paguen una póliza y nosotros a descansar! Dicen los que mandan. Sin duda, son los mismos que vieron como los bancos nos sacudían con las preferentes y luego les condonaron sus quiebras con dinero de todos. Y, además, los que permitieron que las cajas de ahorro perdiesen su función social, convirtiéndose en bancos, para mayor gloria del déficit nacional.

Señores, esto no es una tormenta. ¡Es una galernaaaaa! Buscan la discordia y la insubordinación social. Bajo el lema de prohibición chuzan a la clase débil y producen malestar en toda la sociedad, porque en todas las familias hay tercera edad. La desobediencia civil es muy mala para España, pero también es jodida la injusticia que se calla. Acordémonos que, en breve, ellos nos llamarán para darles nuestro voto y volver a gobernar. Entregaré mi voto, entonces, y algunos que pueda más, a quien yo sepa que cumple sus promesas de verdad. ¡Qué sepan estos señores que gobernar no es mandar!