La huelga en la planta de Servia paralizó el servicio de recogida de la basura

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Un piquete impidió desde primera hora la salida de los camiones

12 oct 2021 . Actualizado a las 21:15 h.

La plantilla de las instalaciones de gestión de la basura que la mancomunidad Serra do Barbanza tiene en Servia salió el domingo a la calle en una concurrida manifestación con la que mostró su unión en la defensa de sus puestos de trabajo y de la continuidad de la planta. Esa misma unidad la pusieron de manifiesto ayer en una jornada de huelga en la que, pese a los servicios mínimos del 90 %, paralizaron la recogida de residuos en los concellos que envían sus desperdicios a Lousame.

Por lo general, ante la convocatoria de un paro, suele haber divergencias sobre participación, según a quien se pregunte. En este caso, el comité de empresa mostró una unidad sin fisuras, con un seguimiento masivo de la convocatoria por parte de la plantilla, mientras que destacó la absoluta tranquilidad con la que se desarrolló la jornada. Ni siquiera los piquetes que desde primera hora impidieron la salida de los camiones para cumplir con los servicios mínimos de recogida ocasionaron tensiones, como tampoco lo hizo la presencia de la Guardia Civil: «Impugnamos no xulgado os servizos mínimos e mentres esperamos a resolución temos todo paralizado sen maiores incidencias», explicaba el presidente del comité de empresa.

Por su parte, fuentes de la empresa que gestiona las instalaciones mediante una concesión, FCC, señalaban que se estaban cumpliendo los servicios mínimos «con matices». El piquete que mantenía bloqueada la salida de la planta de Servia impidió que los 11 trabajadores asignados al servicio de recogida pudieran realizar su labor, con lo cual, los contenedores en algunos puntos estaban a rebosar ya por la mañana.

En cuanto al trabajo en el propio recinto, señalaron que en el turno de mañana estuvieron operativos los dos trabajadores imprescindibles para cubrir servicios fundamentales como puede ser la propia depuradora de la planta, mientras que a primera hora de la tarde se incorporaron los 14 empleados asignados a los servicios mínimos.

En la calle

En cuanto a la mancomunidad Serra do Barbanza, la principal preocupación de su presidente, Juan Manuel Saborido, alcalde de Carnota, era el impacto que tendría el paro en las calles de la comarca: «A folga estase notando porque non puideron saír os camións, na recollida non se están a cumprir os servizos mínimos».

Pese a ello, ayer todavía no se percibía demasiado el efecto de la huelga en los recipientes de basura desperdigados por las calles de los nueve ayuntamientos que envían sus residuos a Servia, tal y como reconocían los propios alcaldes. El regidor de Porto do Son, Luis Oujo, indicaba que en algunos lugares sí se veían ya recipientes llenos por la mañana: «Nótase o paro, xa o fan para que se note. O domingo non houbo recollida e nalgúns puntos xa se ven bolsas fóra dos colectores».

En Noia ayer por la mañana no se apreciaban todavía contenedores a rebosar de bolsas de basura, pero el mandatario, Santiago Freire, asumía que a medida que avanzase la jornada se haría más patente la falta de recogida debido a la huelga: «Nas rúas vaise notar, vimos ademais da fin de semana, e nas zonas urbanas con maior concentración de poboación é onde se vai facer máis evidente».

Que mañana amanecerán muchos contenedores llenos hasta los topes es algo que también asumen la propia empresa concesionaria y la alcaldesa de Muros, Inés Monteagudo: «Os efectos da folga vanse notar esta semana porque vai tardar uns días en normalizarse a situación». Esta opinión la comparte Santiago Freire, que por experiencias previas sabe que «farán falta un par de xornadas para que todo quede perfecto».

Por su parte, los trabajadores son conscientes del perjuicio que causa la acumulación de basura en las calles y piden comprensión a la ciudadanía: «Non é a nosa intención causar un trastorno aos veciños, sabemos que o é porque nós mesmos somos usuarios do servizo, pero é a forma que temos de facer un pouco de presión para que atendan as nosas demandas. Agardamos recuperar a normalidade o mércores».

Las instalaciones se quedan sin espacio para el depósito de los descartes

Aunque las instalaciones de Servia cuentan con unos elevados niveles de reciclaje, no todo el material que llega a la planta se puede recuperar o aprovechar para hacer compost, por lo que existen unas balsas para el depósito de esos descartes. Y ese es otro de los grandes problemas que tendrá que afrontar la mancomunidad en los próximos meses, puesto que el espacio disponible en esos vasos se está agotando y es necesario habilitar uno nuevo.

Tras una reunión mantenida con la empresa concesionaria hace unas semanas, el presidente de Serra do Barbanza explicó que urge acometer esta ampliación del vertedero, puesto que se estima que la vida útil del vaso que está funcionando actualmente no irá más allá del 2023. Señaló asimismo que ya existe un terreno de diez hectáreas para esa finalidad, pero falta acometer la inversión para llevarlo a cabo.

Si esto no se soluciona, podría acabar derivando en un problema medioambiental. Por ahora, ese peligro no existe y fuentes próximas a la planta aseguraron que se está trabajando con normalidad y no se constatan dificultades de operatividad. Con todo, es cierto que más pronto que tarde habrá que afrontar la inversión para habilitar una nueva balsa. Recientemente se ha procedido al sellado de uno de los vasos de vertedero cuya vida útil había tocado a su fin y se está operando con el que queda.

Sobre la posibilidad de que se produzca algún problema ambiental derivado de la colmatación de las balsas, por ahora está descartado porque todavía queda espacio para los residuos no recuperables. De hecho, la semana pasada, personal de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental de la Xunta realizó una inspección en la planta y comprobó que funciona con total normalidad.