Se formó entre 135.000 y 15.000 años antes de ahora y es único en la zona
10 sep 2022 . Actualizado a las 09:23 h.El río Xallas, pese a su corto desarrollo, soporta cuatro embalses: Fervenza (1.250 hectáreas), Santa Uxía (68 hectáreas), Castrelo (11 hectáreas) y Ponte Olveira (6 hectáreas), y no admite ni uno más. La retención del caudal ha conseguido que, salvo en el caso de lluvias abundantes, sea casi imposible ver la catarata del Ézaro a pleno funcionamiento lo que ha mutilado gravemente, y para siempre, el patrimonio natural de Galicia. Es una ironía que la actual pasarela de acceso a la fervenza de Ézaro se haya construido sobre una zona de desprendimientos de bloques que en el siglo XII bloqueó la desembocadura del río en el mar y las posibilidades de nuevos desprendimientos no se deben descartar.
El Xallas ha dado ingentes ganancias durante muchos años a la empresa Xeal, pero esta quiere ganar más utilizando los terrenos adyacentes al cauce fluvial para construir una estación de bombeo cuyo depósito de agua situará sobre el monte de A Ruña. Allí acumulará el agua del río aprovechando las horas de escasa demanda eléctrica; por tanto, energía barata, para luego desembalsarla cuando haya mayor demanda, produciendo energía a un precio más alto.
El lugar elegido para construir este nuevo embalse extrafluvial está situado sobre una joya geológica: el único glaciar rocoso conservado en Costa da Morte. Se formó entre 135.000 y 15.000 años antes de ahora, cuando los glaciares de hielo ocupaban la Galicia interior (Ancares, Queixa, Xurés). Pero la altura de A Ruña, menos de 700 metros, no permitió el desarrollo de glaciares de hielo allí, aunque si de glaciares rocosos.
Efectos del hielo
Hace unos 90.000 años, según nuestras dataciones con cosmogénicos estables, el agua de la lluvia infiltrada en las fisuras rocosas se helaba durante el invierno y al aumentar de volumen fragmentaba la roca. Con el deshielo, los bloques de roca empastados en nieve se movieron, lentamente, ladera abajo.
Esto se puede ver ahora en la superficie de A Ruña, un típico paisaje periglacial fósil, con su campo de bloques y sus arcos morrénicos frontales confirmando que durante el último período glacial el frío llegó a ser muy intenso.
Los glaciares rocosos son típicos de esta etapa del Cuaternario con mucho frío y no demasiadas precipitaciones. El de A Ruña ha alcanzado un desarrollo excepcional, aunque la vegetación lo haya mantenido oculto hasta hace poco para ojos no expertos.
Ahora la firma Xeal, con su estación de bombeo, quiere destruir el glaciar rocoso de A Ruña. Galicia no puede permitir que un hiperaprovechamiento hidroeléctrico destruya de modo irreversible el patrimonio natural de la zona lo que habría que añadir al deterioro de la fervenza de Ézaro y al represamiento continuo del rio desde su nacimiento hasta su desembocadura.