La bravura del mar restablece la laguna de Louro en tiempo récord

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Manuel Candamo

El «ingüeiro» está a punto de desaparecer debido al fuerte oleaje

25 nov 2022 . Actualizado a las 20:52 h.

Poco ha durado el grandioso espectáculo que la madre naturaleza brindó la madrugada del lunes para elevar al máximo nivel la belleza del paraje situado a los pies del monte Louro, en el litoral de Muros. La bravura del mar que baña este punto de litoral barbanzano, que en las últimas jornadas se vio agudizada por el paso de varias borrascas que llegaron acompañadas de fuertes vientos costeros, ha provocado que la laguna empezara a restablecerse en tiempo récord.

El enorme surco que abrió el líquido contenido en el gran socavón todavía es visible, pero tiene mucha menos profundidad. Y eso no es lo habitual, teniendo en cuenta que han pasado solo tres días desde que la laguna reventó debido a la confluencia de mareas vivas y temporales en un momento en el que el hoyo estaba rebosando por el elevado caudal del río Longarela, que vierte en él sus aguas. «Nunca vi cerrarse tan rápido el ingüeiro», señaló Manuel Candamo usando la denominación que se emplea en Muros para referirse a este fenómeno natural que suele repetirse cada invierno.

Y este mariscador y aficionado a la fotografía lo sabe bien, puesto que lleva desde niño dejándose fascinar por la rotura de la laguna de Louro. No es el único, puesto que en las visitas que hizo durante las últimas jornadas al paraje para seguir su evolución se encontró con un buen número de curiosos llegados desde diferentes zonas: «Me crucé con muchísima gente, tanto vecinos como personas que nunca vieran el ingüeiro y reconocieron que era un auténtico espectáculo. Fliparon».

Condiciones meteorológicas

Tanto Manuel Candamo como el geólogo Juan Ramón Vidal Romaní ya apuntaban a las condiciones meteorológicas como el factor que determinaría la evolución de la laguna de Louro y las previsiones de ambos se cumplieron. Por una parte, el intenso mar de fondo provocó que las olas arrastrasen grandes cantidades de arena hacia la costa, que fueron depositándose en el enorme surco abierto el lunes, reduciendo paulatinamente su altura. Y por otra, la ausencia de lluvias importantes motivó que el nivel de agua de la laguna dejara de aumentar.

Pero el paisaje de la playa de Area Maior todavía tardará en recobrar la forma que tenía antes de que se produjera este último ingüeiro. A diferencia de lo que suele ocurrir, en esta ocasión el agua se abrió paso por el medio del arenal, llevándose por delante la duna grande. Aunque la elevación no ha empezado aún a coger forma, todo apunta a que este punto irá ganando aportes de arena a medida que pasen las semanas. En ello influye el efecto que provoca el monte Louro, de más de doscientos metros de altura, frenando la acción del viento.

Hay que tener en cuenta que la madre naturaleza puede volver a actuar en cualquier momento y no sería el primer invierno en que la laguna de Louro revienta en más de una ocasión. De hecho, son muchos los que creen que, teniendo en cuenta el elevado caudal que presenta el Longarela, es muy probable que el fenómeno se repita antes de que acabe el año. Sus fieles seguidores confían en que, de suceder, tenga lugar a plena luz del día para que puedan ser testigos.