Pepe Picher, el ribeirense que dibuja con el estilo de Tim Burton

Carlos Portolés
Carlos Portolés RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Cedida

Se mudó a Barcelona en busca de oportunidades laborales y acaba de publicar su primera novela gráfica

29 nov 2022 . Actualizado a las 19:33 h.

Al principio, Pepe Pícher solo tenía un puñado de viñetas (aparentemente) inconexas que había dibujado a lo largo de varios meses. Un día, le surgió la idea de darles una continuidad narrativa en forma de libro. De esta forma tan orgánica nació Arreglando el mundo con Mr. Cleverskull, la nueva novela gráfica del autor ribeirense de 33 años.

Enseguida deja patente su particular y artística visión del mundo. Haciendo uso de un estilo que define como «lúgubre y gótico», pretende transmitir un mensaje «amable y positivo». Hay quien incluso compara su estética con la del cineasta Tim Burton.

Cada dibujo de este singular libro representa una idea. Explora conceptos amplios y abstractos como la confianza o la superación. «Lo que quiero es que el lector tome conciencia de lo que le rodea. Tanto de sus problemas como de los de los demás. Instar a ser más amable con el prójimo en esta etapa difícil en la que somos cada vez más ariscos», explica.

Un artista circunstancial que cogió la pluma para dibujar sonrisas. Tanto dentro como fuera del papel. Aunque parezca mentira, este es su primer trabajo publicado. Hasta ahora, solo había escrito para él. Su profesión es el márketing. La ejerce en Barcelona, donde vive. Se fue de Ribeira a los 18 años. Pero asegura que, como buen gallego, tiene morriña de su tierra. «Estar lejos de tu lugar de origen te enseña a valorarlo más», asegura.

Afronta el inicio de su carrera literaria con la tranquilidad de saber que no se está jugando nada. Escribe porque le gusta contar historias, pero no se rasga las vestiduras en ataques repentinos de inspiración artística ni tiene ambiciones asfixiantes. Lo vive con relajo y filosofía. «Ser escritor nunca fue un objetivo vital para mí. Simplemente es algo que he querido hacer», dice.

Y precisamente ese ánimo por ser libre sin por ello sacar los pies demasiado del tiesto es el sello inconfundible de Arreglando el mundo con Mr. Cleverskull. Así lo describe el autor: «Lo interesante de mi libro es que está basado en la idea de una libertad que no perjudique al resto. En mejorar nuestra vida y la de los que nos rodean. Intento hacer un arte auténtico que transmita lo que he vivido».

Otro de los grandes cometidos que se marcó Picher con la manufactura de este título fue el de ayudar a los niños y a los jóvenes que transitan por lugares confusos y de continuo cambio. La adolescencia y la preadolescencia, etapas a menudo oscuras y difíciles. «Quise hacer algo que fuera inspirador y enfocado al ámbito educativo, que sirva de apoyo», apunta.

Empezó a trabajar en el libro como unidad narrativa, juntando viñetas y añadiendo textos que las hilaran, en julio, aprovechando el tiempo libre de la temporada estival. Con fluidez y constancia, el proyecto fue tomando forma hasta convertirse en la compacta propuesta artística que es hoy.

Entre los grandes edificios

Finalmente, fue la editorial Autografía la que se hizo cargo de la edición y distribución de la pieza. Empresa y autor tienen grandes esperanzas en un proyecto que cada vez coge mayor entidad.

De momento es demasiado pronto para dar detalles sobre una posible segunda incursión de este barbanzano en tierras literarias. Pero sería extraño que no hubiera un segundo capítulo en esta andadura que empieza con pisada tan firme.

Pepe Picher ya ha entrado, por méritos propios, en el grupo de escritores prometedores de la comarca. Porque, aunque esté lejos, sigue siendo de aquí, y eso lo tiene muy claro. No es fácil hacerse a una ciudad como Barcelona, tan distinta de la acogedora pequeñez de Ribeira. A pesar de que se muestra agradecido a la gran urbe catalana, que es su casa adoptiva, admite que «no es un sitio demasiado acogedor», y que es «frío y demasiado masificado». Por eso, está en sus planes dirigir sus pasos futuros de nuevo hasta Galicia.

Y, aunque no fuera así, a su alma le acompañaría un pedazo de su hogar. El recuerdo de su bar de siempre y de su gente de siempre. Entre los grandes edificios y el mar de asfalto de una ciudad inmensa hay un ribeirense dibujando un mundo mejor.