José Dios Tomé: «La pandemia fue un lapsus, pero nunca dejamos de trabajar»

BARBANZA

El presidente del Centro Empresarial da Construción do Barbanza analiza las fortalezas y debilidades de un campo que experimenta un proceso de reactivación
20 mar 2023 . Actualizado a las 15:46 h.José Dios Tomé lleva siendo presidente del Centro Empresarial da Construción do Barbanza desde el año 2012. Como representante de un sector caracterizado por sus idas y venidas, asegura que, pese al fuerte impacto que tuvo la pandemia en todos los sentidos, y que también afectó a la construcción, el sector está «a pleno rendimiento» en la comarca.
—¿Cómo estaba la construcción antes de la crisis sanitaria, y cómo está ahora?
—La pandemia fue un lapsus, pero nunca dejamos de trabajar. Durante la crisis sufrimos restricciones, más sociales que laborales, pero estamos a pleno rendimiento, en todos los sectores que abarca la construcción, lo cierto es que todos tenemos trabajo.
—¿No afecta el encarecimiento de los materiales?
—Eso es otra pregunta. La crisis de los materiales es lo que más nos está quitando trabajo, por dos motivos. El primero, y yo creo que principal, es que encarece la obra. Pon que, por ejemplo, una casa de 100 metros cuadrados tiene un presupuesto de 200.000 euros, pero con las subidas, a lo mejor llega a incrementarse en 40.000 por encima del precio inicial. Cuando hablamos de grandes empresas, tienen un margen mayor de operación para ahorrarse costes, pero no todos los promotores pueden hacer frente a esa subida, imagínate, por ejemplo, lo que le supone a una pareja joven, que acaba de tener un hijo y hacen un esfuerzo económico para comprar una casa. Después está el tema del suministro, que no es que paralice, pero si retiene durante un tiempo. Genera, además de unos costes, una problemática, porque si tú quieres unos materiales para la semana que viene, a lo mejor tardan un mes, o incluso más tiempo.
—Señalaba en el 2012 la necesidad de una modernización del sector, especialmente hablando de obra pública. ¿Se ha avanzado en ese aspecto?
—La modernización va en función de lo que una empresa quiera para su negocio. El Centro Empresarial de la Construcción no incluye a todos, ya nos gustaría, pero depende de cada empresario. En el centro llegamos a tener hasta 250 socios en el bum de la construcción, pero la crisis fundió todos los sectores y también dividió al sector. Nosotros ofrecemos soluciones, ayuda, asesorías y empresas asociadas que pueden favorecer esta modernización, pero siempre va a haber quienes todavía usen el fax, y quienes son espectaculares en este sentido, depende de cuáles son las prioridades e intereses de cada empresario. La transformación del sector en la comarca depende también de estar todos en el mismo barco.
—¿Por qué tipo de proyectos se está apostando hoy día en la comarca?
—Hay un poco de todo en función de la época de la que estemos hablando. La subida de precios deriva siempre del mercado internacional. Esto se traduce en que ahora mismo, la obra nueva bajó, pero la reforma se ha incrementado. Sin embargo, antes de esta crisis por el encarecimiento de los materiales, la situación era la opuesta. También afectan al mercado las entidades bancarias, está claro, dependiendo de cuáles sean los tipos de intereses a la hora de plantearse invertir.
—¿El aumento de las reformas viene de esas dificultades económicas?
—Es de sentido común. Si el dinero que me dan me va a costar poco, me meto en una gran obra nueva. Pero si el dinero me va a costar mucho, a lo mejor decido hacer una reformita y punto. Los costes se multiplican, pero no solo por los materiales, porque son muchos los factores que entran en juego.
«Hay que invertir en el capital humano»
Para José Dios Tomé, uno de los principales retos que tenía y tiene el sector es el de lograr un personal cualificado.
—¿Qué medidas se han tomado para lograr este objetivo desde el Centro Empresarial da Construción do Barbanza?
—Lo que estamos haciendo, y hemos conseguido, es cualificar al personal. Hemos hecho un proceso de convenio junto con el centro de formación profesional que hay aquí en Ribeira, para apoyar la formación dual. De este modo, además de aprender la teoría, se forman y se incorporan en empresas asociadas al Centro Empresarial de Construción do Barbanza. Hay que invertir en el capital humano, en el que ya tenemos y en el que está por venir, para poder prestar un mejor servicio y para que haya un relevo generacional.
—¿Qué pasa con el intrusismo?
—Ese ya es otro tema, que mucho me temo que no se va a solucionar, o al menos yo no llegaré a verlo. El problema es que son muchos los que miran para otro lado, y yo no creo que seamos nosotros quienes tengamos que denunciar ante la Administración, sino que es su labor procurar que esto no suceda. Está claro que es un tema en debate, y hay otros presidentes que tienen otra postura, pero yo opino que no es un tema que tenga que caer en nuestras manos, porque ya existen órganos con esa función, porque para lo que les interesa, regulan perfectamente. Luego está la competencia desleal, que también hay mucha.
—¿Qué diferencia hay?
—Un caso de intrusismo es, por ejemplo, un tío cualquiera que va a hacer el muro de tu casa. La competencia desleal es que te estás lucrando de una actividad para la que no estás autorizado, y hay quienes lo hacen discretamente, y quienes optan por la chulería. Hay socios que quieren denunciar estas situaciones, pero siempre opto por mantenernos al margen, aunque tengamos la razón, y dejar que regulen las Administraciones.
—Entiendo que, además de poco ético, es peligroso.
—Efectivamente. Seguimos luchando contra este problema, y una de las vías que utilizamos es intentar hacer ver el peligro de la competencia desleal en casos desafortunados de accidentes laborales. La responsabilidad, si algo pasa en la obra, acaba siendo del promotor, y si contratas a alguien que no está preparado para llevar a cabo una tarea, si le pasa algo, tú tienes la responsabilidad.