Carlos Rábade, neumólogo: «Os vapeadores normalizan o consumo de tabaco aínda sen levar nicotina»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

El profesional advierte de que los colores llamativos de este tipo de dispositivos pueden invitar a los menores a comprarlos

14 jun 2023 . Actualizado a las 16:35 h.

Según la Encuesta sobre Alcohol y Otras Drogas en España de 2022, por detrás de la bebida, el tabaco es la segunda sustancia psicoactiva más consumida. El 69,6 % de los preguntados declara haber fumado alguna vez en la vida, mientras que el 33,1 % admite haberlo hecho en los últimos 30 días, dato superior al del 2020 en algo más de un punto.

El humo gris no es el único que alarma por las cifras, pues los dispositivos electrónicos se abren paso con fuerza. En los últimos años se ha registrado una tendencia creciente del consumo de este tipo de cigarrillos, de al menos una vez en la vida, pasando del 6,8 % en 2015 hasta el 12,1 % registrado en el 2022.

Esta subida en el uso de inhaladores electrónicos es especialmente preocupante desde el punto de vista del doctor Carlos Rábade, neumólogo del Clínico de Santiago: «Os vapeadores normalizan o consumo de tabaco aínda sen levar nicotina». Según él, estos sistemas de tanque contienen sustancias nocivas para la salud que debilitan el sistema inmunitario y afectan a los cilios, pequeñas estructuras filosas que recubren los bronquios cuya función es extraer microbios y residuos de las vías respiratorias entre otras cosas. Apunta, además, que los gestos y posturas que adoptan los jóvenes con los vapeadores son los mismos que con el tabaco tradicional: «É unha porta de acceso á adicción».

Aunque parezcan inofensivos, pues el humo producido por estos aparatos no es tan molesto como el normal, sí son igual de peligrosos: «A exposición continuada aumenta o risco de sufrir enfermidades respiratorias e cardiovasculares».

Accesibles

Otro factor a tener en cuenta es lo accesibles que son. Estos dispositivos pueden ser vendidos en cualquier superficie y suelen estar asociados a un contexto de fiesta con amigos, como ocurre en algunas discotecas: «As cachimbas, habituais en moitos locais de ocio, son peores que o tabaco e conteñen sustancias nocivas como monóxido de carbono ou alcatrán».

A pesar de las leyes antitabaco promovidas entre el 2005 y el 2010, que protegieron por primera vez a los no fumadores, vetando lugares cerrados como bares o pubs, lo cierto es que el experto señala que es preciso seguir avanzando en una legislación más ambiciosa: «Hai que vixiar o cumprimento de espazos libres de fume e incluír neles as praias e terrazas, entre outros». Para luchar por la prevalencia de la salud pública sobre los intereses de determinadas empresas, el doctor Rábade explica que hay varios objetivos a combatir.

Para el profesional, hay que tener en cuenta que hace ya 13 años de la última ley antitabaco y que la aparición de nuevos productos no se ha visto reflejada en la mejora de las medidas: «Hay que equiparar o prezo e control de todos estes novos sistemas aos do tabaco normal, por exemplo».

Embalajes neutros

Según su criterio como experto, debería imponerse el uso de embalajes neutros a todos los inhaladores así como eliminar cualquier tipo de publicidad encubierta o contenidos que inviten al consumo: «Moitas veces nas series e películas hai personaxes que fuman e os adolescentes queren imitar o seu comportamento».

Incide en la necesidad de aumentar las charlas contra las drogas en los centros educativos y en que estas no vayan dirigidas únicamente a los chavales, que muchas veces conviven con parientes adictos, lo que les obliga a respirar aire contaminado: «Hai que ter en conta que existe o fume de primeira man, o que inhala o fumador, o de segunda, que é o que queda no aire, e o de terceira, que impregna os obxectos e prendas».

El doctor explica que los tres contienen diferentes tipos de elementos tóxicos y que la única manera de proteger a los seres queridos de futuras enfermedades relacionadas con el tabaquismo es que ningún miembro de la familia caiga en él: «En moitas ocasións pensamos que ao non fumar no mesmo cuarto estamos protexendo aos nosos fillos, pero as substancias quedan na roupa e nas cortinas.»