Eurovisión

José Antonio Ventoso VIDA DESDE FUERA

BARBANZA

EBU

20 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En la UE ha sentado muy mal que los organizadores de Eurovisión vetaran la entrada al recinto de las banderas de la Unión Europea. Para el Consejo no tiene precedentes ver a los seguratas sacando las banderas de los bolsos y tirándolas a la basura. La decisión contribuye al descrédito de un festival y es un grave adelanto de lo que puede acontecer en caso de la entrada de los partidos de ultraderecha en las próximas elecciones europeas.

Eurovisión necesita algunos arreglos. El representante del país vencedor ponía el dedo en la llaga: las televisiones fueron incapaces de gestionar la presencia de Israel en el certamen convirtiéndolo en un despropósito. Tras vetar la presencia rusa por la guerra con Ucrania decidieron permitir la presencia de Israel a pesar de que la canción con la que se presentaban era un alegato a favor de el genocidio de Gaza. En su alocado camino hacia el abismo, los organizadores prohibieron las banderas, los símbolos e incluso borraron las protestas.

Fue evidente la provocación: al llegar a Tel Aviv fueron recibidos por el gobierno como unos vencedores y guerreros de Israel que cantaban las hazañas del genocidio. Eurovisión dejó de ser la plataforma en la que se reivindicaban los valores europeos, eso sí envueltos en una música caramelo donde triunfa la tecnología, el chovinismo patriótico y la horterada con pretensiones. La politización del festival fue evidente. Por vez primera Israel consigue los votos populares, pero no los profesionales , causa de la derrota a pesar de que toda la ultraderecha europea se movilizó para impulsar el voto.

Mientras otros países llevaron símbolos de apoyo a Palestina, TVE, la tele roja mas roja del rojerío, votó Israel y seleccionó una canción de alabanza a la mujer como una «zorra».