En estas olimpiadas el activismo no lo protagonizan los atletas, viene de la derecha
12 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En la Olimpiada de Berlín, una atleta americana rechazó los requiebros e invitaciones de Hitler. Irritado, comentó: «Esta mujer no pasaría un test de sexualidad». En París, la batalla no se libra en la pista sino en las redes sociales por parte de la ultraderecha. La inauguración fue acusada de ofender a los creyentes por una escena interpretada como burla de la Última cena de Leonardo da Vinci y después continuó con la guerra desatada por el gobierno de la italiana Meloni contra una boxeadora argelina acusada de ser una persona trans a pesar de haber nacido mujer, crecer como mujer y su pasaporte decir que es mujer. Ahora le tocó a Ana Peleteiro por hacerles frente, no ceder a sus insultos ni callarse ante su guerra al racismo, la emigración, la xenofobia y la envidia.
En 1968, los atletas negros levantaron el puño en defensa de los derechos civiles de Estados Unidos p no podían votar ni viajar en autobús. En esta olimpiada el activismo no lo protagonizan los atletas, viene de la derecha. Hay una conexión entre Trump, Putin, Milei, Meloni o Abascal. Es el ataque a la democracia y los derechos humanos. Recordemos que Gran Bretaña arde en manifestaciones racistas porque un periodista profesional del bulo y la mentira denunció la matanza de 22 niños a manos de islamistas.
Primero acusaron a un inmigrante musulmán del falso asesinato, de ahí saltó a una web de noticias falsas y poco después los influencers de los bulos convirtieron la matanza que era una farsa en un ataque a los ingleses. Ana es solo la punta del iceberg que une a los agitadores ultras. Los bulos tránsfobos, racistas y antifeministas deben ser combatidos sin descanso. Si callas mañana vendrán a por ti.