Las vistas desde el Náutico de Cabo que atraparon al cocinero Alberto Carou

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Elena Fernández

Con una gastronomía sustentada en productos kilómetro cero, tiene en las conservas Escurís el ingrediente esencial de su propuesta de platos

27 jul 2025 . Actualizado a las 19:22 h.

Hay estampas que cautivan los sentidos despertando aletargadas sensaciones y eso es lo que experimentó el cocinero de Rianxo Alberto Carou cuando visitó la terraza de O Ronsel, el nuevo restaurante del Náutico Boiro-Marina Cabo de Cruz. Comenta que fue a conocer las instalaciones y las vistas lo atraparon: «Impoñen, O Grove enfronte, A Illa. Contemplei todo iso ao redor e a cabeza empezoume a traballar. No instante imaxineime cociñando nese sitio».

Fue así como decidió embarcarse en un nuevo proyecto que compatibilizará con la continuidad en su restaurante de Rianxo, O Cural do Marqués. La estampa de una ría de Arousa salpicada de bateas y de embarcaciones que recogen los frutos del mar modelaron su propuesta culinaria, que tiene en las conservas un ingrediente esencial. También en este caso gastronomía y territorio van de la mano, porque si hay un sector económicamente esencial en la comarca es el de la industria transformadora.

En Boiro se asienta uno de sus pilares, el grupo Jealsa y, por eso, Alberto Carou apostó por sumarlo a su nuevo proyecto. El cocinero señala que elaboró un menú degustación con conservas de la marca que gustó a los responsables de la compañía. Fruto de ello surgió un acuerdo de colaboración con Escurís por el que sus pescados y mariscos tendrán una presencia destacada en la carta.

Elena Fernández

Las elaboraciones

Las obras del restaurante O Ronsel todavía están pendientes de acabar, pero la terraza tuvo su puesta de largo el jueves y, a partir de ahora, está operativa ya desde la mañana para servir desayunos a las tripulaciones que atracan en el Náutico de Cabo de Cruz y a quien desee estrenar el día con buenas vistas.

Materia prima kilómetro cero constituye el fundamento culinario de Alberto Carou, tanto en el producto fresco como en las conservas. Las cartas de restaurante y terraza serán diferentes, creando de esta forma dos ambientes para cada uno de los espacios.

Para la terraza, el rianxeiro se decanta por la presencia continuada de un pulpeiro para que navegantes y visitantes tengan la oportunidad de consumirlo en su formato habitual o con otras elaboraciones novedosas que irán sorprendiendo a los clientes. El grupo Roig, implantado en el polígono de A Pobra, ha diseñado una mesa especial para la preparación del cefalópodo.

En cuanto a las conservas, Alberto Carou comenta que podrán consumirse al natural, «tal é como veñen envasadas» o en distintas elaboraciones. Entre las propuestas de la carta, el cocinero cita «o parmentier de pataca con volandeira, a empanada aberta de sardinilla con zaragallada asiática, a ensaladilla de ventresca ou unha empanada con bonito».

También en el caso del restaurante las conservas a emplear serán las de Escurís. Además, navegantes y visitantes tendrán la oportunidad de comprar las distintas variedades de la marca porque, en los próximos días, se instalará una pequeña tienda en el exterior del establecimiento.

Alberto Carou subraya que las elaboraciones con conserva irán variando y se aprovechará para dar protagonismo a las distintas campañas de pescados y mariscos durante el año con la transformación en fábrica del producto de proximidad. De esta forma, los comensales dispondrán de una rica oferta y, además, descubrirán los numerosos usos que puede darse a la conserva.

Desde Escurís expresan su satisfacción por el acuerdo de colaboración alcanzado, destacando que «estamos convencidos de que la propuesta gastronómica va a ser atractiva y en línea con el posicionamiento de nuestra marca».

Inmerso en esta nueva aventura, que el propio Alberto Carou reconoce le sirve para explorar nuevos campos en esa pasión que siente por la cocina, el gerente de O Ronsel busca consolidar un equipo de trabajo y aguarda el momento en el que esté listo el restaurante para poder también ofrecer en este local una nueva apuesta gastronómica.

Por el momento, el objetivo del rianxeiro está volcado en dinamizar una terraza que, está convencido, atrapará a quienes acudan al lugar de la misma forma que le ocurrió a él.

Otra de las ideas que ya está en su cabeza y en la que pronto comenzará a trabajar es la elaboración de una carta de cócteles para animar el final de la jornada.