Del tío al «bro»

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

12 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay una teoría que dice que la raza humana lleva entre cinco y siete millones de años describiendo círculos con sus modos y hábitos. Desde el día que un Antoñito cualquiera, en contra de la opinión de sus mayores, se bajó de los árboles y se puso a caminar erguido sobre los cuartos traseros. A buen seguro tuvo que soportar las lisonjas de sus congéneres, que lo tacharan de chulo y de rarito. También el descojone de la comunidad cuando se dio alguna que otra vez de bruces; que se dio. Pero como el Papa Luna se mantuvo en sus trece y al poco tiempo tenía más imitadores que Michael Jackson.

Aunque esos círculos que describimos son de distinto radio, unos más definidos y otros más difusos, unos perduran en el tiempo y otros que son fugaces, en el fondo, siempre son una vuelta más a lo mismo. Una revisión/renovación de lo ya acontecido.

Si en la actualidad hay una palabra —monosílabo— de moda en nuestra juventud es bro, apócope —que no abreviatura— de la inglesa brother (hermano). Una forma usada ya desde antiguo en ámbitos religiosos y que, más tarde, las fraternidades universitarias adoptaron, apocaron y pusieron de moda en ese rango de edad.

El bro no deja de ser una revisión entre el tío y el colega —dabuten o no— de hace unas décadas. Este último válido para los dos géneros mientras en el primer caso se usaba también la acepción femenina, tía.

Ahora no hay sis (de sister), en la evolución circular del concepto nos hemos perdido algo: la inclusión ¿random o no? Lo curioso es que algunos jóvenes, chicas y chicos, lo hacen transversal o sin género y utilizan bro para dirigirse también a una chica.