
















Con la presencia de familiares, representantes políticos y asociaciones se inauguró un monolito mantiene viva la memoria de 18 represaliados de la parroquia
05 oct 2025 . Actualizado a las 14:43 h.«A memoria familiar pasa a ser memoria colectiva e logo memoria histórica». Estas palabras de Rebeca Viturro, bisnieta de un represaliado de la dictadura, concentran el simbolismo del acto en reconocimiento a las víctimas de la parroquia boirense de O Castro celebrado el sábado.
Una piedra tallada con los nombres de 18 vecinos de Cabo de Cruz que pagaron con su libertad o su vida su lucha por los derechos democráticos y lealtad a la República sirve de homenaje y recuerdo. El monolito está colocado en A Pontella do Río Dabaixo, el lugar en el que el 29 de julio de 1936 integrantes del ejército fascista fueron recibidos con una protesta de vecinos de Cabo que se saldó con la muerte de Santos Ruiz Fajardo y graves heridas a José Viturro Otero, que logró sobrevivir tras pasar tres años hospitalizado.
Los reconocidos son Santos Ruiz, Manuel Brión, José Outeiral, Francisco Lojo, José Viturro Otero, Manuel Ojea, José Viturro Ozores, Manuel Viturro Otero, Agustín Rodríguez Alonso Chaves, Manuel Benigno Pena, Francisco Pena, Francisco Antonio Hermo, Francisco Torrado, Manuel Torrado Somoza, Francisco Fernández Sieira, José Ouviña, Cipriano Juan Emilio Blanco, Arturo Viturro.
Este tributo parte de una iniciativa de la entidad A Gamela, presidida por Eva Triñanes, y que ha implicado una exhaustiva investigación por parte de Antón Vidal, también miembro de la entidad. La documentación obtenida será recogida en un libro del que entregó un borrador a los familiares de los homenajeados.
Conocer la historia
Fue Pepe Sieira la persona encargada de conducir un acto en el que Antón Vidal subrayó que el conocimiento de la historia es indispensable para «saber como chegamos aquí e canto sacrificio custou ser quen somos hoxe».
Participó también Xosé Deira, integrante de la Comisión Pola Recuperación da Memoria Histórica, quien recordó al represaliado Manuel Brión, O Xesteiro, quien tras regresar de Argentina «montou unha taberna na que se discutía de todo e á que tamén se ía para enterarse de todo». Relató que en aquellos años la ría era un hervidero de barcos en busca de familiares o de personas que intentaban escapar.
Tras el descubrimiento de la placa del monolito tuvo lugar una ofrenda floral y, posteriormente, cada uno de los asistentes depositó un clavel rojo que les había sido entregado por la organización. El Concello de Boiro estuvo representado por el teniente de alcalde Luis Ruiz, quien aseguró que «a memoria non é pasado, senón presente» y pidió respeto para este tipo de tributos.
También acudió la concejala del BNG de Outes y responsable de Dereitos Civís en la Deputación da Coruña, Sol Agra, quien manifestó que cada vez son más frecuentes este tipo de reconocimientos y puso en valor la importancia de que se recuerde lo ocurrido.