











El párroco José Ortoño reunió a medio centenar de personas
04 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Convocados por el párroco de San Roque de Tállara, José Ortoño, a su vez titular de San Martiño de Noia, entre otras feligresías, y arcipreste de Postmarcos, con motivo de las fiestas de San Roquiño, más de medio centenar de invitados compartieron mesa y mantel en el restaurante Trapeiro, situado en Merelle, municipio de Lousame. En el encuentro se dieron cita autoridades municipales, militares, fuerzas del orden y empresarios, que disfrutaron de las viandas que dan prestigio al establecimiento, especialista en banquetes, y de una buena compañía.
Se estrenaban dos alcaldes, el lousamiano Roberto Ares, y el noiés Francisco Pérez; y también asistió el de Porto do Son, Luis Oujo, que es un fijo en el convite. Del mismo modo, acudió Santiago Freire, que fue apeado de la alcaldía el pasado mes de julio por medio de una moción de censura que dio paso al relevo por parte de Francisco Pérez, pero uno y otro demostraron fair play, pues tanto al entrar como al salir se saludaron con apretones de mano, respondiendo que no tenían problema en hacerlo a quienes bromeaban con una supuesta enemistad.
José Ortoño, el anfitrión, bendijo la mesa e invitó a los presentes a disfrutar de la comida, instando a su colega Marcelino Sánchez a hacer lo propio con las fiestas de A Moreniña, pero a posteriori, claro está, porque las celebraciones religiosas poco tiempo dejan para otras más mundanas, porque primero es la obligación.
Colofón musical
El párroco de Santa Columba asumió el reto y anunció que se ponía manos a la obra. El almuerzo fue agradable, no solo por los manjares, sino por las animadas conversaciones y los encuentros, que tuvieron un alegre final interpretando jotas aragonesas, la inevitable Rianxeira y otras canciones del folklore gallego.
La comida sirvió asimismo para hacer balance de las festividades veraniegas, como la Valbanera, el San Ramón, A Guadalupe, A Mercé o, cómo no, el San Roquiño, que estuvieron marcadas por la numerosa asistencia de devotos y festeiros, y los curas responsables estaban todos en el Trapeiro. Todos agradecieron a José Ortoño su esfuerzo por mantener un encuentro que ya es una tradición, siempre poniendo el broche al San Roquiño. Todos quedaron emplazados a repetir el año próximo.