Después de los «veleiriños», llegan a las playas de Muros los caracoles azules, una especie rara en las costas gallegas

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

Estos caracoles viven boca abajo sobre la superficie del mar y tienen una especie de flotador formado por un material quitinoso
Estos caracoles viven boca abajo sobre la superficie del mar y tienen una especie de flotador formado por un material quitinoso MANUEL CANDAMO

Los últimos temporales arrastraron a estos moluscos, típicos de aguas cálidas de los mares tropicales

04 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Son azules, viven flotando boca abajo y comienzan su vida siendo machos, para luego convertirse en hembras. Estas son algunas de las curiosidades que esconden los caracoles bautizados como Janthina pallida —nombre científico que significa violeta—, una especie de moluscos que en los últimos días también ha desembarcado en las playas de Muros arrastrados por el tren de temporales. Santiago Parra, biólogo del Oceanográfico de A Coruña, reconoce que su presencia es muy significativa, y apunta que su hábitat natural son las aguas cálidas y templadas de los mares tropicales, y no las frías del océano Atlántico.

 «Son moluscos gasterópodos marinos de unos 30 milímetros de altura y de vida pelágica (forman parte del zooplancton). Una de sus peculiaridades es que viven al revés, suspendidos en la superficie gracias a una masa mucosa, como un flotador que está formado por un material quitinoso que secretan los caracoles y que es un poco rígido», describe. Además de que al permanecer sobre la superficie del agua están muy expuestos a ser arrastrados por los vientos y mareas, el biólogo del Oceanográfico señala que su presencia en la zona puede deberse a que suelen alimentarse principalmente de medusas veletas (Velella velella) y carabelas portuguesas (Physalia physalia), que también se han adueñado estos días de la playa de Area Maior en Muros.

 

 De hecho, se cree que el color azul de estos moluscos procede de esta dieta alimenticia, puesto que una vez que fallecen su concha recupera el color blanco y se confunde con la de cualquier otro tipo de caracol marino. «Es muy común que aparezcan cuando se recogen las redes de pesca o en los fondos marinos», apunta Santiago Parra. Entre los numerosos ejemplares que estos días arribaron a Area Maior, la gran mayoría continuaban vivos, ya que muchos se encontraban todavía dentro de la concha y conservaban la bolsa de burbuja que utilizan como flotador.

Las carabelas portuguesas también han comenzado a aparecer en el arenal muradano
Las carabelas portuguesas también han comenzado a aparecer en el arenal muradano MANUEL CANDAMO

Si los caracoles azules son completamente inofensivos, no ocurre lo mismo con las conocidas como carabelas portuguesas, que también han vuelto a hacer acto de presencia en los arenales de la comarca, sobre todo en los de Muros y Carnota. Esta especie de medusa es muy temida por su picadura, puesto que tienen unos tentáculos con unas cápsulas muy urticantes, de manera que su contacto con la piel humana puede resultar muy doloroso, y suele producir picor, escozor, enrojecimiento en toda la zona e incluso fiebre.

En realidad se trata de un mecanismo de defensa contra cualquier ataque externo, pero sus consecuencias pueden llegar a ser graves, tanto para los humanos como para otras especies del fondo marino.

Afortunadamente la presencia de carabelas portuguesas es, por el momento, poco importante, al contrario que lo que ocurre con las medusas velero o «veleiriños»: la última marea dejó una auténtica alfombra de estos invertebrados en las playas muradanas. Tienen unos siete centímetros de largo y viven flotando en el mar, aunque lo más llamativo es su color azul y su forma, ya que tienen una especie de vela que sobresale de su organismo, y que también provoca que puedan ser arrastradas con mayor facilidad por los vientos y corrientes.

Además, a diferencia de las carabelas portuguesas, su picadura no es venenosa, aunque a algunas personas puede provocarle alergia, por lo que siempre se recomienda no tocarlas.