El Noia toma aire en A Fieiteira en una oda al fútbol | 2-3

Christopher Rodríguez
Christopher rodríguez RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

El Cidade de Ribeira sucumbió en el último minuto en una exhibición de Anxo

25 sep 2023 . Actualizado a las 20:47 h.

Los más futboleros dicen que los derbis empiezan a jugarse una semana antes y que se terminan siete días después. El disputado esta tarde entre el Cidade de Ribeira y el Noia cumple esta máxima, porque en A Fieiteira tardará mucho en olvidarse la victoria de los visitantes en el último minuto (2-3), el partidazo disputado por los ribeirenses y el clínic impartido por Anxo Vidal sobre la que fue su casa.

El recibimiento del partido estuvo al nivel de lo que se esperaba, con un estadio de A Fieiteira vestido de gala para vivir uno de los choques más grandes de los últimos años en la capital barbanzana. Comenzó bien el Noia, con Piñeiro moviéndose por todo el frente de ataque generando superioridades en la ofensiva. El Cidade tampoco se escondió, buscando constantemente las internadas de Aguado para crear peligro por la banda derecha.

Pese a esto, el partido se jugó en todo momento a lo que quiso el Fideo Anxo Vidal. Activo en todo momento, pasó a moverse por el flanco derecho mediada la primera parte después de haber iniciado el encuentro a pierna natural. La lata se abrió desde ese lado, con un centro medido que Brian transformó de cabeza en el área pequeña para adelantar a los noieses. A partir de ese momento el Cidade de Ribeira tomó protagonismo. Cerca de la media hora la tuvo Torito, al que Aguado habilitó después de arrastrar a su marca a línea de fondo. El balón en esta ocasión se fue rozando la madera.

Sin amilanarse ante el empuje de los ribeirenses, el Noia siguió atacando sin descanso. En la salida de un córner tendrían la más clara a través de un zurdazo desde 25 metros del omnipresente Anxo, que hizo que el travesaño se tambalease.

Aunque el día prometía en términos meteorológicos, la lluvia hizo acto en de presencia en A Fieiteira después de que Martínez Barral indicase el camino de los vestuarios. El agua y la charla de Manuel Ángel Pena en el descanso hicieron que el Cidade saliese con ánimos renovados al campo. En tan solo tres minutos de la segunda parte igualarían la contienda por mediación de Viturro, que finalizó de puntera una rápida triangulación en la frontal de los suyos.

Un error garrafal

Con el partido igualado tanto en el luminoso como en términos futbolísticos, un despiste dio alas al Noia. Un mal saque de banda de Yago Rivas en su campo buscando a Flori fue aprovechado por el Fideo, que batió de vaselina al meta ribeirense. Tal y como anunció en la previa, su celebración fue una disculpa para una A Fieiteira que animaba a su futbolista tras el error.

El apoyo de la afición surtió efecto, porque tan solo diez minutos más tarde, y después de que el Noia empezase a achicar agua debido a la presión local, una falta en el borde del área desató la locura. Resarciéndose de su error anterior, Yago Rivas pintó a la escuadra un disparo con la zurda imparable para el guardameta Christopher.

Tras esto, los últimos minutos se disputaron de poder a poder y entre las tensiones propias de un derbi. Entradas a destiempo, agarrones y asistencias hacían presagiar que el partido moriría en tablas. Nada más lejos de la realidad. Con el empate el Noia apretó los dientes, consciente de que sumar dos puntos en tres partidos es insuficiente para un equipo de su nivel. Anxo Vidal hizo el resto. Al saque de una falta desde el lateral, después de una palmada en la espalda de un aficionado, puso un balón teledirigido al área. Sabedor del resultado de su centro, el ribeirense miró a la grada antes de que Xabi mandase a guardar el esférico para el éxtasis de los de Iván Carril.

Pero el Cidade no se rindió. La última la tuvo Pablo Pérez, que a la salida de un saque de esquina ejecutó una volea emulando a Zinedine Zidane en Glasgow. El resultado no fue el mismo. El balón se estrelló en la cruceta ante la incredulidad de todo el estadio, que ya cantaba el 3-3. A los pocos segundos, uno de los derbis de más nivel que se recuerdan finalizó con una ovación de unos aficionados que se rindieron a la belleza del fútbol modesto.