Ruiz apela al entendimiento y a dejar atrás «liortas» para trabajar por Ribeira

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

RIBEIRA

carmela queijeiro

El reelegido mandatario puso como ejemplo la concordia del pasado mandato

16 jun 2019 . Actualizado a las 11:45 h.

Manuel Ruiz Rivas, al frente del PP, vuelve a capitanear desde ayer un nuevo gobierno en minoría y, tras tomar posesión prescindiendo del bastón de mando, comenzó a trazar las líneas de cuáles son sus intenciones para los próximos cuatro años. Su mensaje fue un llamamiento claro al entendimiento y al trabajo en equipo en beneficio de los vecinos: «É o momento de deixar atrás liortas, exabruptos e excesos propios da campaña para ter un só referente: Ribeira».

La tensión de las últimas jornadas tuvo su reflejo en las palabras iniciales del reelegido alcalde, quien en un improvisado discurso dijo que le embargaban la emoción y el nerviosismo: «Sempre confiei na palabra dos grupos, como me teñen amosado nestes anos de traballo diario e arduo».

Efectivamente, no hubo sorpresas. Los dos ediles del BNG, Xosé Vázquez Cobas y Luís Pérez Barral, renunciaron a ser elegidos y votaron en blanco, tal y como había acordado la asamblea el pasado 1 de junio. Lo mismo hizo el representante de Suma Ribeira, Xurxo Ferrón, quien, además, antes de introducir el sobre en la urna -previamente se decidió que la votación fuera secreta- mostró que estaba vacío, lo que constataba que su partido no iba a respaldar a ninguno de los que se habían postulado para alcaldables: Manuel Ruiz, PP; Vicente Mariño de Bricio, PBBI; y José Manuel Vilas, PSOE. Finalmente cada uno votó conforme a lo expresado en jornadas previas y, por liderar la lista más votada, Ruiz fue proclamado alcalde en un abarrotado salón de sesiones.

Tributo a las constituciones

Además del ambiente que se respiraba, la mesa presidencial también adquirió protagonismo. En uno de sus extremos había un hermoso estuche con pequeños volúmenes ilustrados. No eran cualquier cosa, sino la totalidad de las constituciones españolas, desde la de 1812 hasta la actual.

Esos indispensables baluartes de la democracia impresos en una edición exclusiva fueron un regalo de la corporación saliente al secretario municipal, Juan Salguero, quien confesó que «sen encomendarme a ninguén» tomó la decisión de que formaran parte del acto de toma de posesión de los concejales.

Salguero, que explicó a los presentes el desarrollo de la sesión, rindió tributo a las corporaciones precedentes y afirmó: «Este é un día único, irrepetíbel. As persoas pasamos, pero as institucións permanecen».

Entre los numerosos asistentes figuraban el exalcalde José Antonio Ventoso Mariño, quien al término del acto constitutivo indicó que acude siempre porque «considero que é un momento de honra que merecen o pobo de Ribeira e os concelleiros electos». También estaba la exedila Rosa García Pose, cuyo grupo, IPdeR, se quedó esta vez fuera de la corporación, y la conselleira de Política Social, Fabiola García, quien, una vez concluida la sesión, dijo sentirse orgullosa de que Manuel Ruiz vuelva a ser alcalde.

Alcanzar acuerdos

Un renovado regidor, que en su discurso tendió la mano a los grupos «sin excepción», expresó su voluntad de alcanzar acuerdos, ofreció transparencia y manifestó su intención de que todos los vecinos se vean representados en la acción de gobierno, incluyendo a quienes votaron a grupos que no lograron alcanzar representación en el Concello.

Manuel Ruiz transmitió su deseo de que, cuando se celebre el pleno de organización, existan acuerdos concretos entre las formaciones: «Deron un cargo e teñen que facilitar o goberno de Ribeira; un cargo sen goberno non vale para nada».

Varias fueron las ocasiones en las que el nuevo regidor se refirió al pasado mandato, en el que las formaciones políticas trabajaron conjuntamente en un gobierno en minoría y alcanzaron acuerdos con el propósito de que Ribeira pudiera seguir avanzando: «Agradezo a todos que sexamos un Concello de referencia no que puidéramos entendernos. Ese traballo vai quedar na historia como un exemplo a seguir».

Siguiendo su costumbre, los ediles del BNG acudieron con la obra Sempre en Galiza de Castelao y con un clavel rojo. Prometieron su cargo por imperativo legal «para defender os dereitos e intereses xerais da veciñanza de Ribeira e do pobo galego». Ni Xosé Vázquez Cobas ni Luís Pérez Barral hicieron referencia a la Constitución ni al Estatuto de Autonomía, tal y como establece la fórmula legal.

Esta forma de prometer el cargo fue objeto de algún comentario al término de la sesión sobre su validez. Sin embargo, preguntado el secretario municipal por esta cuestión, Juan Salguero explicó que hace cuatro años los ediles nacionalistas siguieron la misma fórmula y precisó: «El Tribunal Constitucional establece que siempre y cuando se exprese la voluntad de asumir el cargo, es aceptado».

También efectuó cambios en el texto normativo el concejal de Suma Ribeira, Xurxo Ferrón, quien a la hora de prometerlo incluyó, además de lo establecido, la frase: «En memoria das democracias aniquiladas do 1936».

Fueron las únicas excepciones a las tomas de posesión de los 21 ediles que integran la corporación ribeirense. En la que el secretario dio cuenta de los bienes existentes del mandato que acababa de terminar, con un arqueo en metálico de 9.631.760 euros.

En la mesa presidencial, como concejala de mayor edad, estaba l popular Elvira Pereira Ageitos, y el de menor, Miguel Ángel Vázquez Salgueiro, del PBBI.

FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO

Manuel Ruiz Rivas nació en Ribeira el 4 de noviembre del año 1957. Volvió a contraer matrimonio hace algunos años, tras el fallecimiento de su primera esposa, con la que tuvo dos hijas.

PROFESIÓN

Es licenciado en Derecho por la Universidade de Santiago y realizó cursos de posgrado sobre la Unión Europea y desarrollo rural.

CURRÍCULO

Su actividad política comenzó en el año 1987, como concejal ribeirense del Centro Democrático y Social. Cuando se fundó el PP pasó a integrarse en este partido. Formó parte de la corporación municipal hasta agosto del 2006, cuando dimitió para centrarse en su actividad en el Parlamento. Su etapa como diputado gallego fue una de las más largas, 18 años, desde 1993 y hasta el 2011, año en el que se presentó por primera vez como cabeza de lista del PP y logró mayoría absoluta. Fue primero viceportavoz parlamentario del PP y luego se convirtió en portavoz, con responsabilidades en varias áreas.