El verano llama a la puerta y, como si del día de la marmota se tratase, regresa el conflicto sobre si las atracciones de feria podrán instalarse o no en la zona del relleno de Ribeira calificada como de alta actividad portuaria. Es decir, marcada en plano sobre rojo.
Podrán claro que podrán, como lo han venido haciendo hasta ahora. La cuestión es que la normativa de Portos dice que en esa franja no es posible ese tipo de actividades y que no otorga permiso. Sucede en Ribeira y en otros lugares. En los últimos años, son varias las comisiones de fiestas de distintas localidades que han renunciado a continuar con la organización, precisamente, por los impedimentos administrativos, mientras que otras han buscado emplazamientos alternativos.
Ribeira tiene que buscar una solución a la instalación de las atracciones de feria, un remedio que debería haberse fraguado con antelación y que a estas alturas debería estar consensuado. En Ribeira desembarcan muchas atracciones y carece de un entramado urbano con calles amplias. La zona con mayor espacio es la del Malecón y pertenece a Portos, hay que jugar con lo que hay.
Tanto responsables municipales como Suárez-Puerta, como desde Portos de Galicia se indica que la superficie existente en las zonas de actividad portuaria media y baja supera a la del relleno. Pues bien, las autoridades competentes tendrán que parcelar el terreno y acomodar las atracciones.
Eso u optar por fórmulas como la de Boiro, donde los puestos de los feriantes salen a licitación.