No hay que irse a las zonas tropicales para ver peces y paisajes de colores. Las aguas de Galicia, las más ricas del mundo, acogen un auténtico paraíso. En el día mundial de los océanos, los expertos llaman a conocer y a preservar la riqueza marina de la comunidad
12 sep 2019 . Actualizado a las 18:19 h.Explorar el océano es lo más parecido a protagonizar la aventura del espacio exterior. Ambos son lugares extremos, que requieren de un entrenamiento exhaustivo, indumentaria adecuada y donde en cada rincón algo sorprendente espera para ser descubierto. «Cando estou aí abaixo sempre teño a sensación de que vou a atopar algo novo e inesperado», confiesa Xaime Beiro, submarinista audiovisual que colaboró en la serie Buscadores de Naufraxios, de Voz Audiovisual. Además, los buzos, como los astronautas, experimentan el llamado efecto perspectiva, un cambio cognitivo de la conciencia descrito por primera vez en 1987. «Flotas nunha situación parecida á ingravidez e déixaste levar mentres observas a biodiversidade. Se os galegos puidesen ver o mar como eu, entenderían a riqueza que temos e tamén a necesidade de preservala», asegura Pedro Alonso, cámara submarino.
La leyenda del océano, Sylvia Earle, suele decir que los seres humanos no apreciamos la vida marina más allá de lo que nos ofrece el plato. «Despois de saír do mar a miúdo só me preguntan ¿que colliches?», lamenta Alonso. «Buceando comprobas como son realmente os peixes. Ao morrer vólvense pálidos e grises pero ese non é o seu aspecto natural. Sorprende tamén presenzar o comportamento. Chama a atención, por exemplo, o intelixentes que son os polbos, que as veces se te quedan mirando», reconoce Beiro.
Las rías gallegas son un hervidero de especies. Y, ahora, a la gran familia de crustáceos y moluscos se han unido los cetáceos. La ciencia está constatando el regreso de las ballenas a la que un día fue su casa. La vida abunda en las aguas más productivas del mundo, reconocidas recientemente en un artículo publicado en la revista Science. «Non hai que ir ata as zonas tropicais para ver peixes e paisaxes de cores», recomienda Beiro. «E, lonxe do que se poda pensar, en Galicia é posible mergullarse todo o ano. De feito, para mín, a mellor época vai dende xaneiro a xuño», apunta Alonso.
Nuevas especies
Quienes llevan décadas recorriendo las profundidades gallegas, como Pedro, también están presenciando los cambios que se producen en la fauna y la flora marina. «Desaparecen especies que antes abundaban, coma a caracola de mar ou a raia eléctrica», confiesa. «Nos últimos anos sempre se ve algún peixe limón e xurelos canarios. O que tamén percibo é o aumento dun tipo de alga que lle chaman por aquí a xaponesa. Medra moi rápido e crea selvas» añade Beiro. «Se trata del alga invasora Sargassum muticum. Le llaman a xaponesa porque proviene de esas costas. Es muy molesta ya que interfiere con la pesca, el marisqueo y el turismo, ensuciando las playas y entorpeciendo la navegación. Su proliferación está muy ligada a la globalización, que rompe las barreras biogeográficas de muchas especies, y a las perturbaciones del clima originadas por los humanos», explica Javier Cremades, profesor titular de Botánica de la Universidade da Coruña.
