Más microplásticos y menos botellas en la basura marina en A Lanzada

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

BIODIVERSA GALICIA

MARTINA MISER

Las piezas sin identificar inferiores a 50 centímetros suman el 34,4 % de los residuos

18 oct 2019 . Actualizado a las 09:55 h.

Un estudio de cinco años sobre la basura marina en A Lanzada, impulsado por Transición Ecológica, detectó un incremento de los microplásticos -trocitos de dimensiones inferiores a los 2,5 centímetros-. Esta clase de residuos marca una «clara tendencia creciente». El informe del ministerio apunta a un probable incremento también en la presencia de las espumas sintéticas, donde se clasifican los pedazos de poliuretano. De las diez tipologías de residuos recogidos en A Lanzada desde el 2013 al 2018, solo hay uno que se cree que marca una tendencia «probablemente decreciente» y se relaciona con la abundancia de botellas y garrafas de bebidas de plástico. Todos los demás valores se encuentran estables, ni suben ni bajan.

En este informe de Costas, se incide en que once clases de basura suman el 80 % del número total de objetos registrados en los arenales de la demarcación noratlántica española. En este sentido, las piezas más comunes son trozos de plástico no identificables, que miden como mucho 50 centímetros y que suponen el 34,4 % de las basura que se encuentra en la playa. Los plásticos más pequeños tienen un incidencia aún más significativa, si se tiene en cuenta que el 21,8 % del total son piezas que miden menos de 2,5 centímetros.

Otras categorías apreciables por la frecuencia en que se encuentran en la arena son los cabs, cuerdas o cordeles de plástico de un diámetro inferior a un centímetro. Son el 12,3 % de los objetos que se contabilizan en la playa, aunque el informe estatal entiende que su abundancia es estable. A esta clase le siguen tapas y tapones de plástico -7,4 % del total de basuras categorizadas-, colillas de cigarrillo -5,2 %- y bastoncillos de algodón -5 %-.

Preocupan también los objetos de goma, cuya presencia en las playas gallegas mantiene un ritmo creciente. Bolsas de patatas, chucherías, palos de helados, útiles de cultivo de mejillón y palillos de cuerdas «no muestran una tendencia clara» por lo que su aparición en la orilla se considera estable, según este informe.