El embalse da Fervenza, explotado por Ferroatlántica, es otro indicador visible del impacto de la sequía en la zona. En poco más de tres semanas ha perdido casi un diez por ciento de su capacidad, pasando del 22 a un preocupante 13%. Según explicó ayer el director de la empresa, Carlos Oliete, esta situación ha obligado a reducir su aprovechamiento energético a sólo un 30% de la producción habitual, aunque precisó que esto no debería afectar al suministro de agua potable: «Hay reserva suficiente para que no haya problemas, siempre que el otoño sea normal», aseguró antes de indicar que las reservas del embalse de Santa Uxía, que se surte del de Fervenza, están aún en el 85%. Oliete afirmó también que la sequía actual no se limita a los meses de verano, ya que, según los datos que maneja Ferroatlántica, las cifras totales acumuladas del 2005 lo sitúan como uno de los tres años más secos de las últimas cuatro décadas.