Dando el callo, digo. Mucho hablar de que todo el mundo se va de vacaciones, pero poco de los que se quedan, que, no nos engañemos, son (somos) la gran mayoría. Así que hay que hablar un poco. Sobre todo, de los que tienen su trabajo muy relacionado con las miles de personas que estos días nos visitan. Por ejemplo, de todos los de la Mostra do Encaixe. Entre sus numerosos stands , hay uno del que nunca nos olvidamos por su labor solidaria. Es el de la junta local contra el cáncer, que aprovechan este acto para recaudar fondos. Normal. Por allí podemos ver estos días a su presidenta, Pilar Insua Méndez , y también a compañeras de entidad, como Ana María Martínez Canosa , Carmen Ventoso Pasantes o Macarena Canosa Marcote.
A pocos metros hablaban para Radio Voz Bergantiños, con Cristina Souto , Andrés Rodríguez , guía turístico encargado de los viajes, o Bernardino Martínez Castiñeira , actor director y veterano dinamizador cultural. Todos ellos, y muchos más, trabajando durante estas jornadas, ahora invernales, parece.
Y no me digan que salir en procesión no es trabajo. Sí, es devoción, ofrecimiento y devoción, pero también trabajo y sufrimiento. Claro, de eso se trata. En las de Fisterra ahí está, como todos los años, Perfecto Canosa Marcote , a quien muchos conocen como Fitucho. Marcando el paso, delante de la de San Juan, la Verónica, el Sepulcro del Nazareno, la Santa Cruz, la Dolores. Un trabajo gris el suyo, el de coordinar, pero necesario.
Más arriba de las procesiones (la hay de coches, pero no es el tema), en el faro, Javier Sar tiene en marcha una exposición de fotografías sobre el municipio. Ya las tuvo antes en el mismo lugar, por cierto, Xesús Búa , quien ahora muestra su Hai vida na Costa da Morte en la Mostra de Camariñas, a la que también llevó sus retratos hace unos años Ana García. La Costa da Morte es lo que tiene: muy buenos fotógrafos y muy buenos paisajes y paisanajes para retratar, como podemos ver en las continuas muestras, y que otros (autoridades, instituciones) ajenos a la comarca las siguen pidiendo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, un dicho español que además viene bien al ser las fechas que son.
Vale, sí, de la Festa do Congro ya hemos hablado unas páginas más atrás, pero aprovechamos para traer a esta a Maruja Domínguez , una de las cocineras, porque en esta ocasión estaba especialmente feliz dada la liberación en Caracas de su hermano Ovidio , peripecia por todos conocida y que ha tenido en un pálpito a su familia muxiana. Incluida, claro, Maruja, deseosa de hablar con él. Pues aquí abajo tiene su foto recientita , tomada ya en su casa venezolana tras acabar la pesadilla, y que nos remite su hija Marisol y sobrina, por tanto, de Maruja. Y, visto lo visto, no difiere mucho en sus rasgos de las imágenes familiares que nos habíamos habituado a ver. La edad pasa más para unos que a otros. Para él, estos días habrán sido años.