Unas 1.250 personas acudieron a la cuarta edición de la fiesta de la tercera edad que organizó el Concello de Ribeira y que tuvo lugar en una carpa instalada en el puerto
16 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Ni el mal tiempo fue capaz de alterar el programa de la cuarta edición de Xuntanza dos Maiores de Ribeira. La mañana no invitaba a salir de casa, pero los más de mil invitados desafiaron las inclemencias del tiempo para asistir a una reunión anual que ya se ha convertido en una de las fiestas más importantes del colectivo de la ciudad.
De punta en blanco se presentaron tanto las mujeres como los hombres que poco después del mediodía se personaron en el atrio de la iglesia de Santa Uxía para asistir a la misa solemne, oficiada por el párroco, Cesáreo Canabal.
A continuación, los participantes se dirigieron a la carpa, instalada en la explanada portuaria, donde fueron recibidos por diversas autoridades. Además del alcalde de la ciudad, José Luis Torres Colomer, también dieron la bienvenida a los mayores la directora xeral de Dependencia e Autonomía Persoal, Coro Piñeiro Vázquez, y la responsable del departamento de Servicios Sociais, Esther Patiño.
Unas 1.250 personas asistieron a la celebración, que duró hasta bien entrada la noche. Aunque fuera del recinto estaba una jornada desapacible, en la carpa, la música, la alegría y la camadería se imponían a un temporal que también quiso sumarse a la fiesta.
Los camareros de la empresa Chicolino no daban abasto. Durante toda la jornada se esmeraban en que en las numerosas mesas no faltase de nada. Bandejas de marisco, carne y pescado paseaban de un lugar a otro sin dar tregua a un colectivo que estaba muy a gusto durante una velada en la que tampoco faltaba la música.
Tras los consabidos postres, los más animosos comenzaron a desperezarse dando los primeros pasos de un baile amenizado por el grupo de gaitas A Gandaina, la cantante Mar y el grupo PK2. Todos hicieron votos de volver a reunirse en la celebración del próximo año.