Destellos de fiesta y tradición brillaron en la Costa da Morte

Víctor Cacho CARBALLO/LA VOZ.

CARBALLO

Cee, A Laracha y Laxe vivieron las noches más multitudinarias del año

17 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La comarca se subió otro fin de semana más al carro de las fiestas veraniegas, en esta ocasión conducidas indiscutiblemente por santa María, patrona de 26 parroquias de la Costa da Morte.

Así, en A Laracha y en Laxe los vecinos pudieron disfrutar de unas jornadas llenas de solemnidad en honor de la Virgen, a la que acompañaron en procesión por las calles al ritmo de las bandas de música. Las verbenas pusieron el contrapunto con mucho baile hasta altas horas de la madrugada.

Esa misma noche, los fuegos artificiales brillaron en el cielo de Cee en las Festas da Xunqueira. El espectáculo, que comenzó pasada la medianoche, después del concierto de María Dolores Pradera, congregó a miles de personas, que anegaron la bahía de la localidad, desde la cual pudieron contemplar el lanzamiento de los artefactos que ascendían desde los dos extremos de los espigones. Algunos caían en la propia agua, desde la cual volvían a elevarse hasta el cielo estrellado para deleite de los espectadores.

También cerca de las estrellas, en el mirador de santa Irene del lugar de Castrillón, en la parroquia carballesa de Lema, centenares de personas disfrutaron, a pesar del frío nordés, de la mejillonada que organizó el sábado la Asociación Cultural A Foucella y en la que se sirvieron alrededor de 1.500 kilos de molusco. Además, los vecinos pudieron saborear las empanadas elaboradas bajo la dirección de Tila. En total se cocieron unas 250 unidades en el horno de leña de As Travesas. Al mismo tiempo, en el puerto de Muxía, otros tantos lugareños se chupaban los dedos con las raciones de este marisco.

En la parroquia pontecesana de Anllóns, por su parte, bebieron el domingo de las celebraciones en honor de san Roque con la tercera edición de la bajada por el río llamada Agárrate ao que poidas, en la que participaron una treintena de vecinos, jaleados por el resto del pueblo desde la orilla. La diversión y el buen humor corrieron de la mano, con unas embarcaciones que tuvieron que sortear los desniveles del recorrido de 500 metros, desde el Muíño da Saimia hasta el Campo do Río. «O que queremos con esta iniciativa é recuperar o costume de ir ao río en verán», comentaba José Luis Varela, presidente de la comisión de las fiestas.

Los festivales de música también se dejaron oír este fin de semana. En la plaza de A Ribeira de Corme, la Asociación de Veciños Eduardo Pondal celebró su primer festival de folk, en el que participaron los gaiteiros de Monte Branco do Couto y el grupo Raíces Combinadas da Limiñoa. Antes del recital, algunos aprovecharon para pasear por la ría en catamarán.