«Respeten el silencio del arte», proclamaba el miércoles por la noche Ramón Fontserè desde el escenario del Pazo da Cultura. Els Joglars fueron los encargados de bajar entre aplausos el telón del FIOT de este año. El festival de Carballo es un gran acontecimiento para toda la comarca y ya juega entre los primeros de Galicia. Es una cita básica del calendario anual. Se vive en el auditorio y en la calle. Cada vez tiene más implicados en esta suerte de transformación. «Vida y teatro son dos mentiras diferentes», afirmaba Fontserè, quien defendía su arte: «El teatro sirve para honorar la vida». Estuvieron inmensos y dejaron un sabor de boca muy dulce. La capital de Bergantiños ya no sería lo mismo sin el FIOT. Bien decía el actual director de Els Joglars que «la vida es la mentira, el teatro es la verdad, la verdad suprema». Carballo se convierte durante un mes en la meca de la verdad suprema, que no solo contribuye a levantar la paletilla cultural del municipio, sino también a animar las noches de sus establecimientos hosteleros. Y una forma de reafirmar todo este recorrido podría ser convocar un gran festival de teatro aficionado de la Costa da Morte. Mimbres hay.