Las obras de la Barca encaran ahora su parte más visible

CARBALLO

XESÚS BÚA

Carmen García, de K2C Arquitectas, explica que el lunes irán llegando camiones con material y después se colocará la cubierta

16 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Carmen García, una de las dos partes del estudio K2C Arquitectas, encargado de la dirección de obra, reconoce que, pese a que ya en reiteradas ocasiones explicaron que los oficios religiosos de la romería de septiembre no podrían celebrarse dentro del santuario de la Virxe da Barca, todavía se acerca mucha gente a preguntar si será posible o no. Desde el mes de junio, el templo permanece rodeado de un armazón de andamios y en su interior, aunque desde fuera no se percibiese gran actividad, han venido trabajando intensamente un grupo de personas. Entre cinco y siete, aunque fluctuó en función de los días, una cifra que hora se elevará con las próximas labores. La arquitecta asegura de nuevo que las obras, adjudicadas a la empresa vallisoletana Cabero Edificaciones S.?L., van transcurriendo según los plazos previstos inicialmente y que ahora encaran una parte más visible, en tanto que el lunes comenzarán a llegar camiones con el material y después se colocará la cubierta de madera.

Dentro del santuario, el proceso de limpieza de los ennegrecidos muros, muy delicado, minucioso y todo a mano, se efectuó tal y como estaba planificado, explica la arquitecta: únicamente se toparon con algunas zonas, cercanas a la sacristía, donde fue necesario intensificar el esfuerzo al resultar mucho más afectadas por el incendio del pasado 25 de diciembre. La colocación de la cubierta y los trabajos posteriores en la techumbre se irán simultaneando, según explicó días atrás el Arzobispado y según dice la propia Carmen, con la restauración de los retablos. «La idea era también priorizar lo de dentro, el acabado interior, mientras se esperaba a que la estructura de madera se fabricara. Se priorizó esa parte más delicada para que, de algún modo, la parte digamos más sucia estuviese cerrada cuando llegase», comenta.

Los trabajos, por tanto, se vinieron desarrollando dentro, y aunque sí se actuó en la cubierta, para la consolidación de muros, García entiende que desde fuera pudiese parecer que era poca la actividad. No es así. Fue el 10 de junio cuando una gran grúa desembarcó al pie del santuario. Aquel día, todos los vecinos consultados manifestaban su alegría porque al fin empezaban las obras, aunque para muchos -pese a que los procedimientos burocráticos para este tipo de obras transcurrieron con una agilidad inusual- ya podían haber arrancado antes. Así, y pese a que en un principio se valoraron otros procedimientos, al final el Arzobispado optó por abrir concurso: fue el 7 de abril. Justo un mes después, el 7 de mayo, los trabajos se adjudicaban a Cabero. Ese mismo día la Xunta autorizó los trabajos y el Concello otorgó licencia un día después. El 10 de junio llegaron los trabajadores al templo, aunque antes ya se habían gestionado trámites y encargos, como el de la cubierta. El plazo de ejecución total es de seis meses.