
La mitad de las granjas están al borde del cierre
05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La situación es poco menos que dramática para la inmensa mayoría de las 900 explotaciones lácteas que permanecen en activo en la Costa da Morte. Los bajos precios que reciben por su materia prima, unidos a las crecientes dificultades para lograr colocar en el mercado la totalidad de su producción, amenazan con obligar a echar el cierre a la mitad.
Las más dimensionadas son las que mayores dificultades están encontrando, ya no para ganar dinero, sino para cubrir sus gastos fijos con los escasos 28 céntimos que reciben por cada litro de leche que entregan a la industria. De hecho, mientras el precio medio registrado en diciembre -no existen datos oficiales todavía de enero- se sitúo en 28,8 céntimos, los costes de producción se mueven en una horquilla que oscila entre los 28 y los 34 céntimos, según el último estudio publicado por la Inlac, la interprofesional láctea en la que están representados productores, cooperativas e industrias.
Esta diferencia entre ingresos y gastos está provocando que las pérdidas mensuales de las granjas de la zona superen ya los 150.000 euros y que la morosidad en el sector crezca hasta unos extremos nunca vistos con anterioridad. Se calcula que durante los últimos dos ejercicios el porcentaje de impagados ha aumentado más de un 40%.
En este sentido, las granjas más dimensionadas son, paradójicamente, las que más están padeciendo los efectos de la actual crisis láctea.
Aunque cobran más por la leche debido a las primas por volumen que abonan las industrias lácteas, también registran unos costes de producción más elevados porque se ven obligados a imputar en este concepto las amortizaciones por las costosas inversiones realizadas para crecer y modernizarse. Se calcula que, a día de hoy, la deuda de una granja media de la comarca, solo con entidades de crédito, sobrepasa los 70.000 euros.
A este importe hay que sumar, al menos, otros 50.000 euros de pagos pendientes con proveedores o empresas de servicios agrícolas a las que los granjeros encargan la mayoría de los trabajos que se llevan a cabo en sus fincas. Estas últimas, pasan por ser las que más directamente están sufriendo la falta de rentabilidad por la que atraviesa el sector productor. Asimismo, desde alguna de ellas se reconocen facturas pendientes de cobro desde hace casi un año derivadas de los trabajos de ensilado de la hierba y siembra de maíz de la primavera pasada.
Se calcula que en el territorio de la zona, más de cinco mil personas dependen de forma indirecta o inducida de la producción láctea, un negocio que, incluso en momentos delicados como el actual, genera un volumen bruto de negocio que ronda los 50 millones de euros anuales.