17 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.
El Catastro es como el algodón. No engaña. Si bien muchas propiedades están a nombre de personas que ya no son dueñas de los inmuebles, cuando a uno le llega el recibo del IBI con una nueva valoración, generalmente, no hay error. O se han hecho mejoras o aparecen de alta bienes que antes no lo estaban y que no cotizaban el correspondiente tributo. Además, las nuevas tecnologías hacen más difícil que pasen por alto las reformas, ampliaciones y demás alteraciones en los inmuebles. Cada vez hay menos escapatoria y todos tenemos que pagar los impuestos.