Playas, puertos y hasta el hospital se arriesgan a acabar bajo el mar

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. lado CEE / LA VOZ

CARBALLO

JANET GONZALEZ VALDES

Un estudio científico presenta un panorama catastrófico para dentro de 30 años

06 nov 2019 . Actualizado a las 10:06 h.

Las proyecciones del instituto estadounidense Climate Central, que acaba de publicar la revista científica Natura Communications, demuestran que a la Costa da Morte le va la vida en el que el mundo sea capaz de parar las emisiones contaminantes y la subida del nivel del mar a consecuencia del cambio climático.

Playas como Razo-Baldaio, Nemiña, Sardiñeiro y Estorde o Beo, Seiruga y Barizo, por no hablar de la laguna de Traba, A Langosteira de Fisterra o el propio arenal urbano de Laxe dejarían de existir tal y como las conocemos si se cumplen unas previsiones que no son para dentro de varios siglos, sino para el 2050, a apenas 30 años vista.

Este es el panorama que auguran los expertos implicados en la investigación, con uno de los resultados más radicales presentados hasta la fecha, en el peor de los casos: esto es, que no se haga nada por parar las emisiones, sobre todo de dióxido de carbono y que la actividad industrial y el transporte en el mundo industrializado, con gigantes como China, siga el rumbo de los últimos decenios. A partir de ahí, presentan otros resultados, igualmente preocupantes, pero sin ese nivel de alarma, en función de la ambición de las medidas que se vayan adoptando, algunas de ellas ya en marcha.

Y no se trata únicamente de perder espacios naturales, es que poblaciones importantes de la comarca están seriamente amenazadas, como el caso de Cee, donde el agua cubriría prácticamente todo el Relleno, hospital incluido; Ponteceso, en la desembocadura del Anllóns o la Ponte do Porto, entre otras zonas de Camariñas.

Brens quedaría inutilizado como muelle comercial

La subida del nivel del mar, que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) calcula entre 52 y 98 centímetros de aquí al 2050, no significa que todas estas zonas de la Costa da Morte vayan a acabar permanentemente bajo el agua, sino más bien que las convierte en totalmente vulnerables antes fenómenos climatológicos extremos. Y eso tiene una repercusión no solo sobre el territorio en sí, sino sobre muchas actividades principales. Por poner un ejemplo, Ferroatlántica, con las previsiones de Climate Central ya no podría utilizar libremente el puerto de Brens, la piscifactoría de Lires tendría más que complicada su continuidad y el aún futuro Parador de Muxía quedaría sin playa.