Atletas del Atlántico | «Mientras las matemáticas den, el Dépor y el Fabril pelearán por el ascenso»

Mide 1,82 y pesa 81 kilos. Alejandro Boedo Varela (1999, Carballo) cumplirá 22 años el próximo mes de marzo. Jugador del Fabril, fue convocado recientemente por el entrenador del Deportivo, Rubén de la Barrera, en el desplazamiento que el equipo herculino realizó a Salamanca. Cuando calentaba para entrar al terreno de juego, el árbitro decretó el final del choque, por lo que no pudo saborear, todavía, el haber jugado con el primer equipo. Integrante del Fabril, pasó por las Escolas Luís Calvo Sanz de Carballo, el Bergantiños, el Marino de Luanco y el Laracha. Ahora entrena y juega ilusionado con el filial deportivista, pero siempre con un ojo pensando y soñando en una nueva convocatoria del primer equipo y, con el otro, mirando de reojo a lo que hace su Bergantiños del alma.

-Vaya desilusión tuvo que ser no poder jugar ni un minuto en Salamanca.

-Fue una pena porque estábamos esperando a que el balón saliera para efectuar el cambio, pero el balón no salió y se llegó al final del partido. Pero me quedo con la ilusión de haber sido convocado por el equipo y el club de mi corazón, con permiso del Bergantiños, y con el recuerdo de llevarme la camiseta con la que fui convocado.

-Usted es zurdo, ¿por dónde se desenvuelve mejor?

-Por el ataque, tanto de extremo como de delantero centro. En el Fabril, Valerón y Manuel Pablo me probaron de lateral izquierdo, pero la verdad es que sufro mucho ahí atrás y así se lo expliqué en su momento. Creo que, por mis características, lo hago mejor en el ataque.

-Vaya lujo entrenar con Valerón y Manuel Pablo, dos iconos del deportivismo. ¿Infunden tanto respeto como se percibe desde fuera?

-Al contrario, son entrenadores muy cercanos. Te transmiten mucha confianza, y eso para un grupo de chavales jóvenes como somos los que formamos parte de la plantilla del Fabril siempre es muy de agradecer. Valerón y Manuel Pablo siempre te están animando y ayudando. Te insisten mucho en que disfrutes del momento.

-Con Valerón y Manuel Pablo en el banquillo, el buen trato al balón es casi de obligado cumplimiento.

-Sí, son entrenadores a los que les gusta que combinemos y que iniciemos las jugadas desde atrás.

-El Fabril va un poco errático en la liga, ¿a qué lo achaca?

-Empezamos la liga muy bien, pero tras el parón navideño fuimos un poco irregulares, pero ahora vamos mejorando poco a poco. La pandemia también influyó, como al resto de equipos, y nos falta esa regularidad que te da jugar los partidos. También somos una plantilla muy joven, con algunas caras nuevas y eso siempre influye.

-¿Cómo le va en lo personal?

-Llevo tres goles en lo que va de liga y me encuentro físicamente bien después de estar prácticamente un mes sin jugar.

-Usted es y vive en Carballo, ¿sigue la trayectoria de su querido Bergantiños?

-Sí claro, tengo amigos como Pablo Carro y Diego Rodríguez, con los que jugué en las categorías inferiores. Guardo muy buenos recuerdos del Bergan, donde estuve hasta infantiles.

-¿Cuándo entró en las Escolas Luís Calvo?

-Tenía siete años y con catorce fiché por el Deportivo.

-¿Cómo se consumó el fichaje por el Deportivo?

-Por lo que me habían dicho en el club andaban interesados en mí, pero fue en una de esas pruebas que se realizan en Abegondo cuando me confirmaron que me querían.

-¿Quién fue su primer entrenador en el Fabril?

-Cristóbal Parralo. Compaginaba el juvenil con el Fabril. Y después llegó la cesión al Marino de Luanco para que progresara en Segunda B.

-¿Qué tal la experiencia asturiana?

-Tanto en lo personal como en lo futbolístico, me hizo crecer mucho. Fue una gran experiencia.

-Vaya momento tan complicado atraviesa el club a nivel institucional y deportivo.

-De lo institucional no voy a hablar porque no es un tema que a mí me competa, pero a nivel deportivo le puedo decir que mientras las matemáticas den, el Dépor y el Fabril van a estar ahí, peleando por el ascenso.

-¿Y el Bergantiños?

-Viene de jugar tres fases de ascenso y tiene una plantilla diseñada para ganar el título y pelear por el ascenso a Segunda B.

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