David Pérez: «Llegué a dar clases en Muxía con los voluntarios del Prestige por el medio»
CARBALLO
ATLETAS DEL ATLÁNTICO | Presidente y fundador del Club Judo Bergantiños, conoció el yudo gracias a los Juegos Olímpicos de Barcelona y ha inculcado su pasión en una Costa da Morte en la que apenas se practicaba
16 ene 2023 . Actualizado a las 16:43 h.Como tantos otros niños y adolescentes que crecieron sin Internet, David Pérez (A Coruña, 1979) conoció y se enamoró del deporte de su vida en unos Juegos Olímpicos. Fue en los de Barcelona de 1992, cuando Miriam Blasco se convirtió en la primera deportista española en colgarse la medalla de oro en una cita de semejante dimensión. Aquel 31 de julio quedará en la memoria popular, pero también en la de un David que pronto se decidiría a probar. Los primeros años compaginó el yudo con el taekuondo en un gimnasio de A Coruña en el que su tía daba clases de aeróbic. Finalmente se decantó por el deporte sobre el que centraría su vida, en el que su profesor era el actual director deportivo en la Federación Galega, José Ramón López.
Empezó a competir y los resultados no se hicieron esperar: varios campeonatos gallegos, un quinto puesto en un nacional y una participación en una prueba internacional en Inglaterra. Logros más meritorios en su caso, pues empezó con 12 años, más tarde que la mayoría. En paralelo a su trayectoria, fue sacándose todos los títulos posibles para ser entrenador de cara a su retirada. Y ese día llegó. A través de convenios con colegios o con ayuntamientos, empezó a dar clases en una Costa da Morte en la que el yudo apenas se practicaba, y eso que en el número de licencias es el tercer deporte a nivel estatal. Cerceda y Ponteceso fueron los primeros lugares, aunque pronto le llamaron para hacer lo propio en Camariñas y Muxía.
«Empezamos las clases y al día siguiente fue la tragedia del Prestige», recuerda David. Los pabellones muxiáns y camariñáns acogieron entonces a miles de voluntarios que vinieron a echar una mano. Pero eso no detuvo sus sesiones de yudo: «Llegué a dar clases con todos los colchones por el medio y con voluntarios durmiendo. De hecho, recuerdo que el crudo manchó hasta el tatami», dice. Hasta la reina Letizia le hizo una entrevista al que por aquel entonces era un pionero a la hora de impartir yudo en esta zona de Galicia. Lo que ocurrió es que poco a poco, la afición fue creciendo. Comenzó entonces también a dar clase en Coristanco y allí se le ocurrió la idea de fundar el club: «En el 2015, con varios padres, creamos el Club Judo Bergantiños», desvela el actual presidente.
Con sede en Carballo, de donde es la familia de su mujer, llegó a contar con casi doscientas licencias, aunque, como otros deportes de contacto, sufrió mucho por las restricciones de la pandemia. «Se perdió una generación bastante prometedora porque no se volvió a algunos colegios en los que estábamos entrenando», comenta. No obstante, el club ha seguido creciendo y los resultados hablan por sí mismos. Además de estar representados en cada prueba nacional, dos de sus deportistas, Aroa Blanco y Lucía Pazos están en el Centro de Tecnificación Deportiva de Pontevedra. Y David, además, recorre el país y otros lugares del continente por su labor como coordinador deportivo de la Federación Galega y de la Federación Española.
Los objetivos del 2023
Actualmente, son cuatro los alumnos que más destacan en el Club Judo Bergantiños, aunque otros muchos vienen pisando fuerte, camadas de jóvenes promesas. En este 2023, David cree que Raúl Ponte, Aroa Blanco, Naira Blanco y Lucía Pazos pueden hacer grandes cosas. Raúl (Carballo) es cadete y aunque aún no ha logrado resultados notables, ha competido muy bien. «Su objetivo es que se clasifique para el campeonato de España», apunta el entrenador. Tanto para él como para Naira (Coristanco), que pasó a categoría júnior. Su hermana pequeña, Aroa, debe recuperarse de la rotura de brazo que sufrió en Suances y que le impide entrenarse a tope en Pontevedra.
Y, finalmente, la muxiana Lucía Pazos, cadete pero una de las mejores en el ránking nacional de su categoría y en el júnior. Está clasificada directamente para el estatal de ambas edades, por lo que su meta es ser campeona nacional y participar en tres pruebas a nivel continental para lograr el billete al campeonato de Europa, que se disputará en Portugal. Ahí es nada.