En una tienda de campaña durante 149 días: «Miramos unos quince pisos para alquilar y solo nos ponen pegas, acabamos de okupas por desesperación»
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CARBALLO
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A punto de cumplir 79 años, malvive bajo el techo de un lavadero de Carballo. Su mujer y sus hijos siguen haciendo vida en un coche
13 mar 2024 . Actualizado a las 17:47 h.Su rostro refleja las secuelas y el cansancio de malvivir durante casi cinco largos meses en el lavadero más grande de la Costa da Morte, el situado en las inmediaciones del Pazo da Cultura de Carballo. Prácticamente a la intemperie. Se afeita como buenamente puede dentro de su improvisada vivienda, una simple tienda de campaña, heredada, rodeada de cartones: «Qué bien me vinieron estos días atrás de temporal o del frío que hubo en diciembre y enero. Me resguardaron del frío», dijo.
A sus casi 79 años —los cumplirá el próximo 11 de marzo— su maltrecha rodilla se lo pone complicado para salir del que es su hogar desde el 19 de septiembre. Son ya 149 días, con sus correspondientes noches. El motivo, según él, haber sido expulsado, junto con su familia, del piso de Carballo en el que residían por el retraso en el pago del alquiler durante dos meses. Un impago derivado de los numerosos gastos a los que hubo que hacer frente.
Porque los únicos ingresos familiares son precisamente los del tordoiés Jesús Rodríguez Costa, su pensión de jubilación. Aunque parece que sus dos hijas ultiman su incorporación al mercado laboral: «Están ahí y para mí es un alivio ver que han encontrado un empleo», apuntó ayer mientras salía con dificultad de la tienda de campaña.
Jesús Rodríguez habló de la situación familiar casi cinco meses después de verse en la calle y sin sitio a dónde ir. Lo hizo mientras se acicalaba el pelo con un peine: «En todo este tiempo hemos visto unos quince pisos para arrendar, pero siempre nos ponen problemas. Si no es por una cosa es por la otra. Y la realidad es que muchos de los que fuimos a ver no reúnen unas condiciones mínimas, pero aún así te pedían 400, 450... El último piso que fuimos a ver fue precisamente ayer [martes para el lector]. Nos pedían 350 euros por un tercero de la avenida da Milagrosa, sin ascensor y que no tiene ni cocina. Además hay que pintarlo entero por culpa de la humedad. Los dueños nos piden dos meses de fianza por adelantado».
Jesús Rodríguez quiso dejar claro que lo que reclama su familia es una vivienda digna. «No es un tema económico porque tengo mi pensión. Es que lo que nos ofrecen.... Por un ático sin ascensor nos pedían 500 euros. La mayoría son terceros, cuartos, quintos... Sin ascensor. Yo puedo subir tres pisos, pero mi rodilla, a partir de ahí, dice basta. Y es subir y bajar todos los días las escaleras».
La desesperación llegó a límites insoportables con el duro frío de finales de diciembre y comienzos de enero: «Ahí lo pasamos realmente mal. Pasamos mucho frío. No teníamos a dónde ir y al final, por desesperación, nos fuimos de okupas para una casa abandonada de A Revolta. No tenía luz, pero nos protegía de aquel frío, pero llegó la Guardia Civil y nos echaron». Jesús Rodríguez aseguró que nunca quiso ser un okupa. «Fue la desesperación de ver que no conseguíamos que nos alquilaran un piso. Y hacía mucho frío. Yo viviendo en esta tienda y mi familia, en un coche. Son ya casi cinco meses así y no vimos otra solución que meternos en aquella casa».
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Jesús Rodríguez volvió a agradecer el cariño y la solidaridad vecinal con él, su mujer y sus tres hijos. «Siempre hay alguien que me trae algo, comida, ropa... Les estoy agradecido», apuntó este vecino de Tordoia, quien ayer descartó por completo abandonar la capital de Bergantiños. «Mis hijas encontraron un empleo aquí. Carballo está mucho mejor situado de A Coruña que Tordoia. Tengo la opción de ir para Val do Dubra, pero es lo mismo, Carballo está mucho mejor conectado y ofrece más alternativas laborales a mis hijos».