Ocho años y medio de prisión para los dos acusados del mayor alijo de heroína de la Costa da Morte

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ramón Leiro

El TSXG ratifica la condena impuesta para la pareja formada por Mihai Ionita y Emilia Silva Iglesias, carballeses de Xoane-Goiáns vinculados al Clan de la Tula

17 mar 2024 . Actualizado a las 23:15 h.

Mihai Ionita, de 37 años, y su pareja María Emilia Silva Iglesias, de 60, ambos vinculados con el Clan de la Tula de Carballo, han sido condenados, en segunda instancia, a 8 años y medio de prisión cada uno por delitos de tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. Los jueces también les sentencian al pago de una multa de 6 millones de euros, por el alijo de 9,5 kilos de heroína, oculta en el jardín de una casa de Xoane, Goiáns-Carballo.

Así lo confirmó la sección primera de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Los jueces desestimaron el recurso de apelación presentado por la defensa de la pareja y ratifican, punto por punto, el fallo dictado en primera instancia por la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Todo este proceso penal arrancó en noviembre del 2018. El constante trasiego de drogodependientes, en una macabra procesión en busca de su dosis diaria de heroína, en dirección a una vivienda unifamiliar de Xoane, en la parroquia carballesa de Goiáns, levantó las sospechas de la Guardia Civil.

Encima de la mesa se pusieron dos nombres: Mihai Ionita y María Emilia Silva Iglesias. Para las fuerzas de seguridad se trataba del punto de comercialización de estupefacientes más importante de toda la Costa da Morte. Mihai Ionita y María Emilia Silva ya eran reincidentes. Ambos condenados a penas de prisión por sentencia firme dictada el 24 abril del 2019.

Tirando del hilo, los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de A Coruña dieron con un albanés, residente en A Illa, muy conocido por la Guardia Civil por sus antecedentes. Y de ahí dieron con otro albanés, en este caso censado en Madrid. Sus nombres hicieron saltar todas las alarmas porque justo por aquel entonces la Policía Nacional había iniciado otra operación paralela por tráfico de heroína.

Guardia Civil y Policía Nacional celebraron a finales del 2018 una reunión para coordinar el operativo, que arrancó precisamente en noviembre del 2018. La Policía Nacional investigaría las conexiones de los albaneses entre Galicia y Madrid y la operación para desmantelar un taller clandestino de Humanes de Madrid en el que, presuntamente, se caleteaban vehículos para la ocultación y posterior transporte de heroína. Por su parte, la Guardia Civil se haría con el resto de la investigación.

En el instituto armado pusieron el foco en una casa de Xoane, en la que residía un matrimonio. El dedo acusador apuntó directamente hacia Mihai Ionita y María Emilia Silva Iglesias. No fueron unas pesquisas fáciles. La pareja, según consta en las sentencias de la Audiencia Provincial de Pontevedra y del TSXG, tenía montado un amplio dispositivo de seguridad en su domicilio: cámaras de videovigilancia con las que se controlaban los exteriores del inmueble y todos los accesos. En Carballo se establecieron hasta 14 dispositivos de vigilancia entre el 30 de enero y el 2 de diciembre del 2019, que sirvieron para certificar que el movimiento constante de vehículos y de drogodependientes tenía una única finalidad: la comercialización de todo tipo de sustancias, sobre todo, heroína. Entre los investigadores llamó poderosamente la atención el constante trasiego e intercambio de vehículos en el interior de la citada propiedad de Xoane. Al igual que las precauciones adoptadas por los ocupantes de estos turismos: rodeos constantes para comprobar si había agentes merodeando por la zona o despistar a los guardias civiles, cambios constantes de turismos, empleo de numerosos teléfonos móviles y uso de un lenguaje encriptado para eludir posibles pinchazos y reuniones a todas horas del día y de la noche.

CESAR QUIAN

Pero todo resultó inútil. La Guardia Civil y la Policía Nacional ya tenían sobre la pista a una red internacional de narcotraficantes, que disponían de zulos en zonas boscosas de Campo Lameiro, Cutián y Xoane (Carballo). La heroína procedía de Turquía y, tras pasar por Holanda, llegaba a España. En un taller clandestino de Humanes de Madrid se preparaban los vehículos para la ocultación y posterior traslado de la mercancía a las provincias de Pontevedra y A Coruña. Dos albaneses y dos rumanos hacían de transportistas, según recoge el fallo de la Audiencia Provincial de Pontevedra, y en Xoane se establecía uno de los puntos finales del viaje de la droga para su posterior comercialización a terceros. De forma paralela, los datos de los sospechosos a los que investigaba la Policía Nacional coincidían con los que, supuestamente, entraban y salían de la vivienda de Carballo. A finales de enero del 2020 arrancó la operación Fireball-Kazino, que se saldó con once detenidos: tres albaneses, dos rumanos, cuatro colombianos y un matrimonio residente en Carballo. 

CESAR QUIAN

La droga estaba oculta a 1,5 metros de profundidad y recubierta con pimentón picante para desorientar a los perros de la Guardia Civil 

Mihai Ionita y María Emilia Silva Iglesias fueron arrestados en la mañana del 29 de enero del enero del 2020 en relación con el que ha sido el mayor alijo de heroína en la Costa da Morte. Veinte kilos, de los que 9,5 fueron intervenidos en una casa de Xoane. Las 17 tabletas estaban ocultas bajo tierra, a 1,5 metros de profundidad, junto a la casa. Y el plástico estaba recubierto con pimentón picante para tratar de desorientar a los perros de la Guardia Civil.

En julio del 2023, la Audiencia Provincial de Pontevedra los condenó a 8 años y medio de prisión —para cada uno— por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, así como al pago de 6 millones de euros de multa.

La defensa apeló ante el TSXG. Los argumentos, que se había vulnerado el derecho a la inviolabilidad del domicilio, que el registro en la casa se realizó sin los requisitos legales y que se había quebrantado el principio de presunción de inocencia. El TSXG rechazó el escrito y ratificó las condenas. Mihai Ionita y Emilia Silva pueden presentar recurso de casación ante el Tribunal Supremo.