Desire Kouakou: «Somos una ONG pequeña, pero con corazones muy grandes detrás»

Pronuncia varias veces la palabra esperanza, las últimas casi como un susurro, y después incide: «¡Qué bonita palabra, ¿verdad?». Para el marfileño Desire Kouakou, sacerdote, rector del santuario de A Xunqueira y responsable de la Unidad Pastoral de Cee, eso es lo que no hay que perder, «a pesar de los pesares». Menos aún en Navidad, «tiempo de fraternidad, unión, familia». También presidente de Égueire, por vez primera esta oenegé abrirá este sábado 21 de diciembre en el centro comercial Finisterrae ceense un espacio solidario que permitirá seguir ayudando a acometer los proyectos en marcha en Costa de Marfil: «Me gusta mucho ese refrán que habla de una gota de agua en el desierto. Parece que no es significativa, pero para mí es un fuego que se enciende y coge fuerza», confesó ayer en Radio Voz.

Kouakou, que celebró este año un cuarto de siglo de su ordenación como sacerdote, llegó a Galicia en el 2005. Mazaricos fue una de sus primeras paradas. Habla él de las pequeñas cosas. En ese puesto habrá artesanía, moda o tradición marfileña. En definitiva, para él, «cultura». Permanecerá abierto en la primera planta del centro comercial ceense desde mañana hasta la noche de Reyes, en un amplio horario atendido voluntariamente por socios. Haciéndose con un collar, un brazalete, una pulsera, un dibujo o una muñeca uno puede ayudar a que, a muchos kilómetros de distancia, en un país de África, un joven tome las riendas de su vida. Una maternidad o microcréditos por medio de los cuales las mujeres ganaron en autonomía son algunos de los proyectos ya acometidos en Costa de Marfil. Para este año, y contando con el apoyo de la Deputación, la idea es levantar una granja de pollos y con ello una vía de futuro: «Lo decimos siempre, no es solo ayudar, sino que a través de su trabajo tomen riendas. No queremos Égueire para siempre, ojalá puedan dar el paso y andar por sí mismos. ¡Hay tantas cosas que hacer, en tantos sitios!», sopesa Desire (1972).

No se olvida, desde luego, «de la gente de aquí». Sabe bien que hay necesidad, y, de hecho, en la Unidad Pastoral están sumidos de lleno en la preparación «espiritual y social» de la Navidad. Atienden en Cee un comedor social todo el año y en esta época preparan paquetes a mayores. Lo acontecido con la dana en Valencia le da pie a pensar en la generosidad, y a ella apelan con este puesto: «¡Hay tanta en el corazón de la gente! ¡Imagina cómo sería el mundo sin esa generosidad sin ruidos, y pese a ello mira cómo vamos. Pero no hay que desanimarse, volvemos a la esperanza. Nosotros somos una ONG pequeña, pero con corazones muy grandes detrás».

La posibilidad de abrir esta pequeña galería «bonita y alegre» es una muestra de ello. Será también un puesto informativo sobre Égueire: «Para que la gente que nunca pudo viajar a Costa de Marfil vea cuánto se hace con lo que ayuda. África viene a ellos. Es importante esa interculturalidad. Conociéndonos, el mundo es más amable, abriendo los ojos más allá de la realidad que nos rodea. Viajamos por mis 25 años de sacerdocio desde aquí y tras ver cómo estaba aquella maternidad, llegaron de vuelta e iniciaron una campaña. No hizo falta pedirlo. Cuando conoces, impacta, sale de ti». Kouakou habla de la superficie y del centro, de que lo material no se «desconecte». Lo ilustra con una tela de araña: «La araña hace un hilo de arriba a abajo, frágil, bonito, ligero. La parte de abajo se puede romper, y viene la araña y lo repara. Lo grave es cuando se corta ese hilo, ahí ya no hay arreglo».

---

---

---