Confort y orden suman productividad al teletrabajo

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MIGUEL VILLAR

Especial Hogar y decoración | La pandemia obligó a muchos a trabajar desde casa, y es una opción que, en ciertos sectores, ha venido para quedarse. Requiere de una estancia adecuada: es mucho más que portátil y pijama

29 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«Os nosos clientes non teletraballan, e os que o tiveron que facer pola pandemia e viñan por aquí dicían que estaban desexando volver á oficina», ríe Beatriz Fuentes desde Muebles Galicia recordando aquellos tiempos: «Que non volva outra». Eso no quita que tengan disponibilidad de muebles y accesorios de oficina, pero tampoco es que hayan notado un bum de peticiones de unos años a esta parte. El confinamiento en casa se vivió de forma muy diferente según cada estructura familiar o momento vital, por más que en algunos ámbitos laborales sí sentó un precedente a la hora de contemplar otra forma de trabajar que no fuese siempre la presencialidad. Como en muchas otras estancias de la casa, aquella que se destina a una oficina o algo similar también se suele pedir a medida y personalizada, dice Beatriz. Desde el tamaño al mobiliario: «Se ao mellor queren a mesa debaixo da ventá, e aí hai un radiador, hai que adaptarse».

En viviendas pequeñas, habilitar una zona de trabajo puede requerir de malabares con los espacios, pero desde Muebles Sambade sopesan que, en la comarca, y en Galicia en general, no se estilan micropisos que sí puede haber en grandes ciudades, de ahí que no suela haber mayor problema para destinar un recuncho al teletrabajo. Cada cliente tiene un perfil distinto, asegura Chus Arán desde su inmobiliaria, pero lo más demandado, según su experiencia, son pisos de dos o tres habitaciones. Sea como fuere, y en vista de las muchas informaciones que se han ido publicando acerca de esta nueva manera de trabajar, parece que el confort y el orden, así como el aislamiento del resto de la vida del hogar, redundan en una mayor productividad. No hay que olvidarse de que este trabajo, aunque sea a distancia, es trabajo, y por eso una serie de recomendaciones para desarrollarlo. 

ANA GARCÍA

De la mesa a la silla. Lo ideal, un escritorio en el que le quepa todo el material que ha de usar, con cierta holgura, sin tener que andar haciendo tetrix. Las cajoneras y el espacio de almacenaje reducen el ruido visual y permiten ganar en orden y funcionalidad. Con respecto a la silla, no cabe duda, una ergonómica, que le permita que esas horas sentado sean en una buena postura. Imagen tomada en Muebles Sambade. FOTo ana garcía

El trabajo no está reñido con el diseño. Menos aún si precisa poco material para trabajar. Por ejemplo, solo un portátil. Hay pequeños escritorios de lo más resultones (véase este fotografiado en Muebles Sambade) y que para nada tienen que romper con el diseño o la estética del hogar. Sin estridencias. Soluciones todavía más avanzadas: el escritorio dentro del armario. Se cierra la puerta, y adiós jornada. 

ANA GARCÍA

La importancia de la luz y de las pequeñas grandes cosas. Una buena estancia para el teletrabajo ha de incluir siempre la entrada de luz natural, a poder ser de forma lateral. Ello ha de complementarse con buenas fuentes de luz artificial para cuando sea necesario, ya sea un flexo o una lámpara. Algún elemento natural, como una planta, también ayuda a crear un ambiente de calma e inspiración.

Unos cuantos consejos

1. Elegir el lugar. Teletrabajar en condiciones óptimas requiere mucho más que coger el portátil y plantarse en cualquier estancia de la casa con él o sentase en el sofá para teclear. La zona de teletrabajo debería ser una, siempre la misma, asociada solamente a esas tareas, así que elegirla bien es primordial. Lo ideal sería tener un cuarto que poder dedicar a ello, pero si no es así, en la estancia que elija, ya sea el salón o una habitación, la zona debería estar bien diferenciada. Los biombos, por ejemplo, viven un nuevo tiempo de esplendor, pero también se puede lograr ese efecto independencia con una estantería e incluso un armario. La zona de trabajo debe ser de trabajo, sin llevar este a la zona donde se desarrolla la vida familiar.

Un puesto de teletrabajo
Un puesto de teletrabajo XOAN CARLOS GIL

2. Fije un horario, respételo y vístase. Parecen cuestiones muy evidentes, pero no lo son. Es fácil no querer desprenderse de la comodidad del pijama si uno trabaja desde casa, pero ello no ayuda a situar la mente en un contexto laboral. Por tanto, vístase, aunque sea con prendas más cómodas. El horario también es clave. Si presencialmente ficharía y cumpliría unas horas, en casa también hay que poner coto. Tener el ordenador y el trabajo al alcance las 24 horas del día, aunque le permita mayor flexibilidad en la organización, puede que no sea tan bueno ni tan saludable.

3. Buenos hábitos y evitar inferencias. La nevera y las alacenas están mucho al alcance de la mano en casa que en la oficina. El picoteo, más por ansiedad que por hambre, es un hábito a evitar. También las interrupciones o el ruido de la vida diaria de un hogar. Es más fácil la teoría que la práctica, desde luego, pero empiece por unos cascos de aislamiento acústico.