Flores frescas

Antón Lestón
Antón Lestón A REDONDA

CARBALLO

Flores en un cementerio mariñano (imagen de archivo)
Flores en un cementerio mariñano (imagen de archivo) PEPA LOSADA

21 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La del cementerio de la Recoleta es una de las visitas obligadas en Buenos Aires. Un majestuoso camposanto, el primero público de la ciudad, en el que se camina entre imponentes mausoleos y más de 4.500 bóvedas de estilos muy distintos. Un lugar que también ayudó a impulsar un gallego, Marcial Mirás, con la profesionalización de los servicios fúnebres a finales del siglo XIX. Otros muchos emigrantes o descendientes de estos yacen allí enterrados. Así lo desvelan sus lápidas. Apellidos como Varela o Lema aparecen entre algunos de los personajes más importantes en la historia reciente de Argentina, como Bartolomé Mitre, Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego o Julio Argentino Roca.

Militares y mandatarios que, de seguro, obtuvieron grandes conquistas y se colgaron numerosas medallas en el pasado. Triunfos con los que amasaron un poder cuya efemeridad queda constatada en los cementerios como en ningún otro sitio. Sobre sus ostentosas tumbas, no hay ningún indicio de que los echen de menos. En todo el paseo guiado, de hecho, solo vimos cinco o seis flores frescas, que se renuevan cada día. Estaban en el mausoleo de la familia Duarte, y allí se depositaban por Evita, actriz y primera dama durante la presidencia de Perón. Una pionera en la lucha por los derechos y libertades de las mujeres que llegó a rechazar el cargo de vicepresidenta debido a las presiones que iba a tener que soportar. Declarada de manera póstuma «jefa espiritual de la nación», sus flores sirven de aviso: el pueblo siempre acaba agradeciendo a las personas que lo cuidaron. Y poco lucen las medallas cuando están bajo tierra.