Será la primera de este tipo y de carácter público en España, con el objetivo de convertir a la Sociedade Galega do Medio Ambiente en pieza clave de la transición a la economía circular en Galicia
01 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En su plan estratégico para el período 2025-2030, la gran acción de Sogama pretende ser la nueva planta de clasificación de residuos textiles, la primera de carácter público en España y que se está ya levantando en el complejo de la Sociedad Galega do Medio Ambiente en Cerceda. La inversión para su construcción fue de 25 millones de euros, de los que 10,2 procedieron de los fondos europeos Next Generation. Está previsto que la instalación esté operativa en junio del próximo año y desde Sogama pretenden que sea una pieza clave en la transición de Galicia cara un modelo de desarrollo definido por la economía circular. «Representa una oportunidad para hacer de la moda gallega un sector más sostenible», resaltó el presidente Javier Domínguez Lino en una de las últimas comisiones de Ordenación Territorial, Obras Públicas, Medio Ambiente e Servizos de la Xunta de Galicia.
La planta, que ocupará una superficie de 8.000 metros cuadrados, tendrá como cometido principal la selección de residuos textiles por composición y colores, procediendo a su envío a los centros recicladores para que sean transformados en nuevas fibras textiles o en productos aislantes. Tendrá una capacidad inicial para 3.000 toneladas al año, aunque podría ser ampliable hasta las 24.000. Toda esa ropa que llegue será antes preclasificada, separando la que se encuentre en buen estado para reutilización. Las que no, serán valorizadas energéticamente, evitando que acaben enterradas en vertederos.
Además, desde Sogama recuperarán también todos aquellos residuos textiles que aún llegan al complejo de Cerceda mezclados en la fracción resto y que representan casi un 7% del total. Esta innovación servirá de enorme apoyo para los concellos, pues desde el 1 de enero del 2025, la ley los obligó a implantar la recogida selectiva de residuos textiles en sus territorios, así como a las empresas del sector a incorporar a sus productos un porcentaje de fibra reciclada.
Uno de los grandes ejes del plan de Sogama para el período 2025-2030, es la descarbonización de los procesos, sustituyendo el uso de combustibles fósiles por tecnologías más limpias. Un reto al que ayudará esta nueva instalación, incidiendo en la economía circular y evolucionando desde una empresa de tratamiento de residuos a una empresa generadora de recursos.
Así es un proceso que fomenta empleo verde e incorpora inteligencia artificial
Junto a la descarbonización y la economía circular, el gran eje del plan de futuro inmediato de Sogama es el de la transformación digital. En este sentido, la inteligencia artificial ganará protagonismo, pues en la planta de residuos textiles será un sistema automatizado y dominado por la IA el que se responsabilice de la última fase del proceso de clasificación de las prendas, distinguiéndolas por la composición y el color de los tejidos, antes de separarlos en 24 contenedores distintos mediante chorros de aire. El programa, eso sí, deberá ser entrenado.
Además, la planta tendrá mano de obra humana. Cuando funcione a su capacidad máxima, está previsto que sean 62 los empleados directamente en este nuevo servicio, incluyendo transporte interno, limpieza y mantenimiento y dando prioridad a las personas con discapacidad o en riesgo de exclusión. Las dos primeras fases del proceso dependerán únicamente de ellos. Primero abrirán las bolsas recibidas en el complejo y retirarán los elementos incompatibles, equiparables a residuos urbanos. Esos materiales serán convertidos en combustible para la planta de energía de Sogama, trasladados a vertedero o a un gestor externo, según su tipo. En la segunda fase, los trabajadores deberán seleccionar los residuos textiles que podrán ser reutilizados, evaluando su estado físico, su calidad y también su potencial para el mercado de segunda mano.
La que se pueda reutilizar se dividirá luego entre la que ya está lista o a la que hay que retirar botones, cremalleras, gomas o pegatinas. Aunque de eso ya se encargará una máquina. La herramienta principal de la inteligencia artificial será un separador óptico a base de cámaras de alta resolución de infrarrojo cercano y de detección de color con el objetivo de analizar cada prenda. Distinguirá, al menos, 24 tipos diferentes, utilizando los datos obtenidos y las bases de datos generadas por el sistema. Un complejo proceso que mejorará la economía circular.