Jesús Ramón Viaño: «Ahora desempeñaré mi trabajo jugando, como se dice, en casa»

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO MUNICIPIO

ANA GARCIA

ENTREVISTA | Es el capitán jefe de la quinta compañía de la Guardia Civil, con base en Carballo. Asume sus riendas. Fue comandante de puesto en Malpica entre 1999 y el 2000

23 oct 2023 . Actualizado a las 22:20 h.

Ingresó en la Guardia Civil en 1987 y su primer destino fue Tomiño. Posteriormente estuvo en Valga, Ordes y Santiago. Tras ascender a sargento, en 1998, fue comandante de puesto en Malpica y de ahí pasó a Negreira. Como oficial fue destinado a Barcelona y después estuvo adscrito a la Policía Judicial de Pontevedra y de A Coruña, así como el puesto de Milladoiro. En los últimos cinco años, ya como capitán estuvo a cargo de la compañía de Ourense. Ahora el tordoiés de Vila do Abade Jesús Ramón Viaño Calviño se hace con las riendas de la quinta compañía, con base en Carballo, en sustitución de José Antonio Táboas Treviño.

—Nacido en Tordoia y ejerciendo en Malpica debe tener un gran conocimiento de la zona.

—La mayor parte de mi vida profesional se ha desarrollado en Galicia, lo que me ha permitido conocer su diversidad. Y puedo decir que sí conozco esta comarca, de la que además soy un enamorado desde siempre. Nací en Vila do Abade, a pocos kilómetros de Carballo, y también ejercí como responsable del puesto en Malpica, lo que me enamorase de la Costa da Morte además de brindarme la ocasión de conocer a sus gentes, sobre todo, las más vinculadas al mar.

—Dígame un lugar por el que sienta predilección.

—Es difícil responder a esta cuestión porque se trata de una comarca espectacular. Combina a la perfección la Galicia interior y la costera. Uno puede pasar de una huerta a una playa en un abrir y cerrar de ojos. El hecho de que algunas de sus playas gocen del privilegio de poder ser disfrutadas sin ver apenas construcciones y, al mismo tiempo, que el patrimonio histórico e inmaterial se siga conservando, hacen de esta comarca un referente. Últimamente se le ha acuñado el término de refugio climático porque las temperaturas tanto en invierno como en verano son relativamente agradables. Pero si tuviera que decantarme por un sitio, me quedaría con la playa de As Torradas, en Malpica.

—¿Cómo fue la toma de contacto con sus nuevos compañeros?

— Lo que he podido constatar es que la inmensa mayoría son de la comarca o de municipios próximos, y que todos ellos acumulan una gran experiencia profesional. Mi primera impresión en ese sentido no puede ser más favorable.

—¿Cuáles son sus expectativas en este nuevo cargo?

—A nivel personal, aproximarme a mi familia por todo lo que representa. Y a nivel profesional, lo veo como un nuevo reto o desafío que afronto con renovada ilusión. Mi idea es tratar de aportar mi modesta experiencia, pero teniendo muy presente que no puedo dejar de aprender. Sí tengo una cosa clara: ningún destino es igual a otro aunque puedan parecerse y de quienes siempre más he aprendido, por cierto, es de los guardias civiles con los que he tenido la suerte de interactuar. Ellos son esos grandes conocedores de un territorio en el que llevan a veces una vida entera de arraigo y de los que uno siempre trata de sacar lo mejor. Resulta clave mantener un contacto honesto y permanente con las autoridades judiciales, los alcaldes, las policías locales, las empresas de seguridad privada, los representantes de asociaciones de vecinos y de asociaciones empresariales, comerciantes, organismos públicos o privados, y en ese sentido siempre me ha resultado muy gratificante el trato directo. Me considero una persona en ese sentido con una gran predisposición para el trato, por entender que la seguridad es cosa de todos y que debemos conocer sus problemas para resolverlos. Por eso, desde la honestidad y desde el compromiso del que siempre debemos hacer gala como guardias civiles con la sociedad a la que servimos, me ilusiona mucho poder continuar con ese empeño aunque, claro está, en esta ocasión jugando como quien dice en casa.

ANA GARCIA

—¿Ve necesario reforzar alguna área de trabajo?

—Sería imprudente por mi parte pronunciarme a este respecto toda vez que acabo de incorporarme. Pero es que además tengo la absoluta convicción de que nuestros órganos superiores de dirección, que son además grandes especialistas a la hora de llevar a cabo los estudios necesarios para ello, tendrán sin duda, como tienen siempre claro, lo que sea menester a ese respecto.

—Qué papel debe jugar la Guardia Civil en una comarca en la que apenas hay medios para garantizar la seguridad ciudadana?

—Esta misma pregunta, o muy parecida, me la he encontrado en los diferentes destinos en los que he podido desempeñar mi trabajo. Allí donde haya Policía Local hemos de conseguir el mayor grado de coordinación posible. Una dinámica de colaboración, y que me consta que en Carballo desde hace años está bien asentada, que redunde siempre en beneficio del servicio, pero lógicamente cada uno en el rol que le corresponde, como es natural. Soy muy partidario de la interlocución permanente con los alcaldes y yo mismo trataré de impulsarla poniéndome a su disposición. Eso nos permitirá abordar mejor los problemas que hayan de resolverse en lo que a la seguridad se refiere. Siendo consciente de la singularidad que representa el carácter costero de esta comarca y que lleva consigo las posibles actividades ilegales inherentes, que van desde el furtivismo hasta el narcotráfico pasando por cualquier ataque al medio ambiente, pero sin dejar tampoco de lado la existencia de ese fenómeno imparable, como son las estafas y los fraudes a través de internet.

—¿Qué percepción tiene de la seguridad ciudadana en la zona?

—En términos estrictamente estadísticos puedo afirmar que es una comarca como otras muchas de Galicia, si bien pesa sobre ella, en particular si nos referimos a Carballo, como es sabido, el estigma de lo marginal, en particular por la existencia de delincuentes que tradicionalmente lo han sido siempre con mucha movilidad, y que han venido actuando en zonas alejadas de sus domicilios. De ahí que resulten en general bastante conocidos en otros territorios, pero creo sinceramente también que se debe evitar esa estigmatización, pues además de resultar distorsionadora de la realidad objetiva, crea una sensación subjetiva de inseguridad que no debería generarse. En ese sentido hay que decir que en Carballo y en toda su comarca, la vida de las personas se desarrolla con la misma normalidad y bajo los mismos parámetros de seguridad que en el resto de Galicia, en términos generales y que nuestro empeño será procurar que esto siga siendo así.