Malditos recortes que no cesan

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CRÓNICA

CORCUBIÓN

19 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 2.400 diligencias por robos, estafas y otros hechos delictivos abren cada año los agentes de la Guardia Civil de la Costa da Morte, a los que hay que sumar los procedimientos abiertos en otros juzgados, pero con ramificaciones y conexiones con los partidos judiciales de Carballo y Corcubión. Para semejante menester hay apenas 140 agentes, de los que apenas 15 se reparten en la Policía Judicial, el equipo ROCA de Vimianzo y el área de investigación. Lo mismo sucede con los cinco juzgados (tres de Carballo y dos de Corcubión). Cada instructor tiene entre manos, de media por trimestre, más de 460 causas o procedimientos pendientes de resolver. Y para ayudarles en estas tareas, hay apenas 35 funcionarios. Conclusión: juzgados al borde del colapso y una Guardia Civil que apenas dispone de medios humanos para investigar lo que los jueces les exige. Y así es como la pescadilla se muerde la cola.

Es cierto que los recortes han afectado a todos los ámbitos de la economía. También en las empresas, a cuyos trabajadores se les redobla la carga de trabajo, cobrando menos que antes del estallido de la burbuja inmobiliaria y con una reforma laboral que es una Espada de Damocles.

Pero hay recortes que se asumen con cierta naturalidad y otros no tanto. No tiene lógica alguna aprobar una ley como la de enjuiciamiento criminal, que obliga a un juez a terminar la instrucción antes de seis meses (salvo que sea una causa compleja) y que no se le dote de medios suficientes. La sección de Violencia sobre la Mujer es materia sensible por las fuertes y profundas repercusiones sociales y mediáticas que genera. Y resulta que en Carballo estaban ayer con la oficina cerrada por falta de personal. Un partido judicial a la cabeza en Galicia en esta modalidad de denuncias y causas abiertas y cuelgan el cartel de venga usted mañana a ver si tiene más suerte. Y si, por desgracia, surge cualquier desfeita, tiene que ir un funcionario de otro departamento, dejar lo que tiene entre manos y ponerse a trabajar en un procedimiento de violencia machista porque tiene prioridad absoluta. Hay cosas con las que no se puede jugar. Justicia, educación y sanidad son tres pilares fundamentales sobre los que se asienta una sociedad moderna. Ver un juzgado o un despacho hasta los topes de papeles carcomidos por la humedad no es precisamente sinónimo de un país moderno ni puntero. Más bien al contrario. El Partido Judicial de Carballo clama por un cuarto juzgado. No se trata de un capricho oportunista ni populista. Las cifras están ahí, las publica el Consejo General del Poder Judicial. Y no son precisamente alentadoras. Pero los que deben tomar las decisiones miran para otro lado, como si la cosa no fuera con ellos.