Viento, dignidad y valentía en la defensa de Corcubión frente al arzobispo Rodrigo de Luna

m. l. / p. b. CARBALLO

CORCUBIÓN

BASILIO BELLO

27 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Pareciera por un momento que el vasallo Gómes de Rioboo, defendiendo con ahínco la vida de todo el pueblo de Corcubión, pudiera ganar la batalla. Pero la historia no se cambia, y en su duelo final con el capitán Caamaño —a quien el arzobispo Rodrigo de Luna le había encargado tomar la villa aprovechando la ausencia de Rodrigo de Moscoso y sus tropas—, acaba pereciendo. Corcubión viajó este viernes por la noche al 1457, recreando este desembarco, hechos documentados que sustentan un concurridísimo Mercado Medieval que echará el cierre hoy.

Aún faltaba una hora para la representación, en la Praia do Recheo, y ya estaba el paseo casi lleno. Al público, con excelsos medios de sonido, se le puso en antecedentes, explicando el momento histórico, la unión de Rodrigo y Xoana, y que esta se había quedado a cargo de la protección del pueblo en ausencia de su marido.

Bailaban entregados los lugareños al son de las panderetas cuando el séquito de Rodrigo de Luna, dispuesto a reforzar la autoridad eclesiástica en la zona, hizo entrada. Se lanzaron bengalas para que acudiesen los vecinos a hacer frente a las naves enemigas y empezó ahí una batalla que doña Xoana hizo parar para que dejase de correr sangre inocente. El duelo se centró entonces entre Caamaño —muy metido en su papel— y Gómes, con el desenlace sabido. Recibe el último, a título póstumo, galones y tierras por su valentía. Sopló el viento, e incluso hizo frío hacia el final, nada que no remediasen los espectadores tomando tras la teatralización los puestos culinarios del mercado. Pasaba de la medianoche y todavía eran una multitud.