El alquiler vacacional triunfa y casi no queda sitio para julio y agosto

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

MALPICA DE BERGANTIÑOS

JOSÉ MANUEL PATO

Los precios se mantienen, la demanda es por menos días y la oferta crece

02 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Quien esté pensando en alquilar un piso para pasar estas vacaciones de verano en algunos de los destinos más demandados de la Costa da Morte, como pueden ser Fisterra, Laxe o Malpica, debe ir dándose prisa, y mucha, porque lo más probable es que encuentre ya poco o casi nada.

Por ejemplo, para la primera quincena de este mes de julio en Fisterra, el portal Airbnb, uno de los más de moda en el alquiler vacacional, ofrece 19 propiedades y no están todas precisamente mirando a la playa de A Langosteira. Van desde los 54 euros diarios para un modesto piso de dos habitaciones hasta los 198 de un apartamento, precisamente en A Langosteira.

Si se va a la segunda quincena quedan ocho y ya para la primera de agosto, solo tres, lo que da una idea de la demanda que existe de este tipo de alojamiento y que Martín Canosa, de Brigantia Viaxes, ve como un lleno prácticamente absoluto. De hecho, en su empresa gestionan una treintena larga de propiedades de este tipo y en julio y agosto lo tienen todo ya reservado.

Con la misma búsqueda para Malpica aparecen seis alojamientos, incluida una autocaravana. El concepto de Malpica también es relativo, porque incluye emplazamientos que van desde Xornes hasta Corme. Con lo que, sin llegar a ser una prueba definitiva, ya que el mercado se mueve por otros muchos canales, incluso de trato personal que no figuran en ninguna estadística. Indican a las claras que el verano se presenta muy bueno en cuanto a reservas y que, a poco que se mantenga la tendencia, en cuestión de días faltará oferta para todas las personas que quieren visitar la Costa da Morte y alojarse de esta manera.

Fernando Couto, con una larga experiencia en el sector en la localidad, dice que la perspectiva «é moi boa» y que las reservas confirmadas para agosto rozan ya el 100 %, mientras que para este mes de julio «andan no 70-80 % polo menos». Lo que sí percibe es que ha cambiado la demanda en el sentido de que «agora non hai de meses enteiros, é máis ben de 10, 12, 15 días e en meses partidos, ao mellor do 20 de xullo ao 7 de agosto, cousas así». Un cambio de tendencia que el profesional atribuye a la modificación de los hábitos de vida y a la práctica de partir las vacaciones que se da en muchas empresas. Incluso hay solicitudes, sobre todo a través de los portales de Internet, mucho más cortas, «de cinco días, sete días». En lo que no ve grandes variaciones es en los precios, que se mantienen «porque se incorporou ao aluguer moita vivenda que foi comprada como inversión e á que agora se lle trata de sacar rendibilidade por esta vía». De ahí que «por termo medio, sen ser na primeira liña de praia pero tampouco nos arrabaldes», el precio de un apartamento los primeros 15 días de agosto oscile «entre os 500 e 600 euros».

«Seriedade»

Siguiendo el mismo patrón de Airbnb para la primera quincena de agosto, en Laxe solo se pueden encontrar dos propiedades que estén realmente en el casco urbano, mientras que en este arranque de julio todavía hay alguna ocasión desde 41 euros por un apartamento pequeño.

Pepe Mira, un histórico del sector ahora algo más alejado de la primera línea, con Silvia Bouzas al frente del Playa de Laxe, percibe que las perspectivas para este verano «son moi boas» y anima a los propietarios a «superarse un pouco cada ano», siempre desde la óptica de la «seriedade» porque «o que non che perdoa ninguén é o engano. O que cobra ten que dar algo e o que paga tamén espera recibir algo a cambio».

Le constan casos de ocasiones anteriores en los que alguna familia con personas mayores se topó, sin saberlo, que había alquilado un tercer sin ascensor. «Para nós iso é normal porque aquí construíuse moito nos anos 80 como inversión e ata non fai tanto non había ascensores. O primeiro creo que foi o do Concello e despois o meu no bloque do Escaravello. Non fai tanto diso, pero alguén que vén dunha cidade non lle colle na cabeza algo así», reflexiona Mira, que entiende que «cada un teña o seu piso como poida, limpo iso si», y que trate de ofrecer lo mejor «para que a xente leve unha boa impresión da Costa da Morte».