La imagen original de la Virgen presidió el santuario atestado de fieles
01 jun 2015 . Actualizado a las 07:41 h.La emoción pudo más que el enojo en la apertura oficial del santuario de A Barca, año y medio después de que un incendio devastador obligara a restaurar todo el templo. El interior sigue sin ser del gusto de los fieles, pero ayer casi todos dejaron pasar este detalle y se enfrascaron en la devoción por la santa. Ayudó la Coral de Muxía y los nuevos manteles, cruz, candelabros y vestimentas de los santos que pudieron salvarse del fuego, pero sobre todo la presencia de la imagen original de la Virgen, diminuta en el desnudo camarín de roble, a la espera de que una réplica le permita volver a su lugar de custodia habitual, del que solo salía con motivo de su romería, lo que la salvó de las llamas.
Ayer el templo estaba a rebosar. Entre los feligreses, Manuel López, que talla la nueva, y más alta, Barca en su taller de Compostela, además del Santiago que debe acompañarla, y dos residente en Melilla, aunque naturales de Santa Comba que estos días andan por Galicia y que no quisieron perderse la reapertura, además de muchísimos muxiáns de todas las edades ansiosos por recuperar su santuario.