«Galicia ten unha enerxía que me coloca no sitio onde teño que estar»

F. rodríguez / P. Blanco CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

Ana Garcia

La actriz Nerea Barros ha practicado surf en Razo y Nemiña y esta semana participará en «Ecovoz»

09 may 2018 . Actualizado a las 19:48 h.

En los dos últimos años, la actriz Nerea Barros (Santiago, 1981) ha trabajado mucho por fuera de España y, por tanto, más lejos de lo que le gustaría de una Galicia a la que vuelve siempre que puede, sobre todo cuando le falta algo o no está bien del todo: «Galicia ten unha enerxía que me coloca no sitio onde teño que estar». Lo contaba también este pasado verano, hablando de su respiro surfero en Nemiña (Muxía). También es buena conocedora de Razo. Nerea regresará a su tierra a finales de mayo, dos semanas, para participar en el rodaje de una nueva serie y siempre agradecida de haber podido participar en proyectos como Matalobos o Padre Casares. Por supuesto, agradecida también a la Academia por aquel Goya en el 2015 como mejor actriz revelación por su papel en La Isla Mínima: «Serviume para pensar ‘ok, vou ben por este camiño e seguirei loitando para que este galardón teña sentido’». «É algo que cambia a túa carreira, a forma que ten de verte a xente, a túa proxección nacional e internacional. É un privilexio, un premio marabilloso e unha xenerosidade importante por parte da academia», indica.

Barros, invitada en el programa Ecovoz, de Radio Voz, para este próximo viernes, lleva a rajatabla la cuestión medioambiental. Además de hacer un llamamiento al reciclaje, a los pequeños gestos y de clamar contra el aceite de palma, ha llevado la concienciación con el medio a su terreno. Con Hernán Zin, exreportero de guerra, tiene en marcha una productora. Acabaron el documental Morir para contar, que se estrenará en Shanghai y pasará también por Cracovia y diversos festivales. En él, reporteros de guerra contarán la actualidad de los últimos 30 años desde una posición muy íntima. Nerea, por otra parte, prepara un documental que quiere dirigir para el año, La barrera de cristal: «Esa barreira invisible que nos separa dos animais e do planeta». Viajó para ello, hace ya casi un año, al Congo, para así conocer a una de sus protagonistas, una madrileña de la que casi no existe información, psicóloga, cuya ansia por «dar algo» la llevó a ese peligroso país, donde desde los veinte años -ahora tiene cuarenta y pico- lucha «por salvar a uns irmáns, homínidos igual ca nós». Grandes primates. Rebeca Atienza, gallega, es otra de las protagonistas, al igual que una tercera mujer, bilbaína, que lucha desde Indonesia contra el aceite de palma y por la recuperación de los orangutanes: «Son tres heroínas na primatoloxía do mundo», dice Nerea. «Están loitando por todos nós», añade para explicar que solo hay tres grande selvas «que nos dan osíxeno para respirar e auga para vivir, Amazonas, Congo e Indonesia».

Nerea escucha eso de que Galicia es verde -también se lo dice su padre-, pero vuelve aludir a los tres pulmones que sobreviven y explica que lo que ha pasado aquí en los últimos 20 años en materia de incendios «arrasou a terra». «Dóeme moito, é como se me arrancaran parte da alma. Temos un privilexio en Galicia, costa, flora, fauna». No entiende pues malas prácticas, malas costumbres, intereses particulares, porque para ella el medio «é o noso patrimonio e a nosa beleza, o que nos fai ser quen somos».

«Esta é unha costa á que hai que coidar e respectar. O que me aleda é que cada vez hai máis xente concienciada neste asunto que traballa por protexer o noso patrimonio», explicaba en una entrevista para La Voz precisamente este verano, tras su paso por Nemiña. Alababa las bondades paisajísticas y la gastronomía, un paraíso particular al que llamaba Miami «porque non queremos que se saiba e así manter o seu encanto». En muy breve, Nerea volverá a pisar su Galicia.

Un mes en la Costa da Morte

De la mano de Surf Costa da Morte y de Rubén Prieto, Nerea disfrutó este pasado verano de la Costa da Morte. Cabalgó olas en Nemiña y también se atrevió con un bautismo de buceo con Alicia, de Buceo Finisterre. Asimismo, practicó equitación y recibió clases de Brais, «un susurrador de cabalos» de Leis, como ella lo definió. Aquí aprendió a entenderlos. A través de Nerea, sus padres conocieron las bondades de esta comarca.