Roban los cuatro potentes motores de la narcolancha varada hace un mes en Muxía

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

MUXÍA

La embarcación estaba precintada por orden judicial y la sustracción se produjo en el interior de una nave municipal

01 jul 2023 . Actualizado a las 18:43 h.

Con total libertad de movimientos y una tranquilidad pasmosa, sin ojos que delataran su presencia y la oscuridad de la noche como único y silencioso testigo. Así actuaron varias personas durante la madrugada del martes al miércoles en Muxía. El objetivo: hacerse con los cuatro potentes motores Yamaha de la narcolancha que apareció con la quilla al sol el 23 de marzo en la playa de Nemiña. A estas personas les dio tiempo suficiente para desmontar los propulsores de la popa de la embarcación, que mide unos 13 metros, transportarlos hasta un vehículo próximo y trasladarlos posteriormente hasta algún lugar previamente establecido. Todo ello sin un solo testigo.

Cada motor, de cuatro tiempos, pesa entre 260 y 268 kilos, y desarrolla una potencia de 300 caballo gracias a los 4.000 centímetros cúbicos alojados bajo la carcasa. El precio medio por unidad ronda en las tiendas especializadas los 44.000 euros, por lo que el botín final logrado alcanza los 176.000 euros, la mitad del coste total de la narcolancha.

La planeadora varada en Muxía había sido trasladada en camión hasta una nave que el Concello tiene en el lugar de Os Muíños apenas 24 horas después de ser hallada en el arenal. Los trabajos fueron supervisados por agentes de la Guardia Civil y de Aduanas. Una vez depositada en esta instalación municipal, fue precintada por orden de un juzgado de Corcubión, cuyo titular investiga su procedencia, uso y sus posibles propietarios y tripulantes.

Pero, el miércoles por la mañana, un operario municipal se encontró con una puerta principal de la nave forzada. Al abrirla, descubrió que a la embarcación le faltaban los cuatro propulsores, y dio rápidamente la voz de alarma a las fuerzas de seguridad. Agentes del instituto armado se desplazaron hasta el lugar para iniciar las pesquisas con la finalidad de determinar quiénes sustrajeron los propulsores y, lo más importante, el porqué de esta actuación.

Eliminar pruebas

Las primeras hipótesis apuntan a un robo para vender, bajo pedido, los motores, bien enteros, bien por piezas, y conseguir así un jugoso beneficio económico. La alternativa es que la finalidad hubiese sido borrar posibles pistas sobre el uso, la propiedad y la trazabilidad de estos propulsores. También se investiga si se robaron simplemente para repararlos e instalarlos en otra narcolancha ante la posible dificultad de conseguir otros motores de manera rápida y eficiente desde el norte de Marruecos, país del que se sospecha que proceden la mayor parte de los motores obtenidos por los narcos en el mercado negro. En definitiva, dificultar la investigación.

Según apuntó un testigo, los motores de la narcolancha varada en Muxía en la tarde del 23 de marzo se encontraban «bastante bien», pese a que les faltaban las carcasas exteriores y a que presentaban algún que otro desperfecto por los impactos contra las rocas y por el traslado con una pala retroexcavadora de la planeadora desde la playa hasta el camión. Además, la embarcación acumulaba arena como consecuencia de llevar tiempo con la quilla al sol. «Pero, en general, presentaban un buen aspecto, y por lo que cuesta cada uno se le puede sacar rendimiento y hacer un buen negocio», dijo esa fuente.

Agentes de la Policía Judicial investigan la narcolancha en busca de posibles pruebas o indicios que lleven a la identificación de los ladrones. También analizan posibles marcas de neumáticos en la zona próxima a la nave que sirvan para determinar qué tipo de vehículo fue empleado para el transporte de los motores, aunque, en principio, quedó descartado el uso de un vehículo pesado, tipo camión. Los cuatro motores superan la tonelada de peso.