La peregrina italiana que sufrió una intoxicación casi fatal en Muxía: «Mi corazón empezó a latir muy fuerte, me costaba respirar»
MUXÍA
Eleonora de Pangher, de 38 años, ya está de regreso a casa tras una indisposición por comer atún. Dice que los médicos la trataron de escombroidosis
26 sep 2023 . Actualizado a las 11:04 h.Eleonora de Pangher, italiana de 38 años, atiende el teléfono desde París, donde espera un vuelo para trasladarse a Trieste, en el nordeste de Italia, donde reside. Muy cerca de Muggia, por cierto. A la capital francesa llegó temprano, tras coger el avión de las seis de la mañana desde Santiago, donde acabó su peregrinación, aunque no como ella esperaba. La remató en Muxía el sábado, caminando siempre sola, en una última etapa de varias jornadas, de una manera que pudo ser trágica, pero que finalmente tuvo un final feliz gracias a la reacción del dueño del hostal en el que se alojaba, Protección Civil y el 061.
Y todo por otra reacción, la suya, alérgica o similar a las alérgicas tras ingerir pescado. Según describe literalmente, lo que comió fue un plato de atún a la plancha con patatas cocidas y ensalada fresca. Al poco rato, de vuelta al alojamiento, empezó a sentirse muy mal: «Mi corazón empezó a latir muy fuerte, me costaba respirar, me dolía la cabeza, la cara se me puso roja...», recuerda. De inmediato se puso en marcha el dispositivo de ayuda que terminó con ella en el hospital de Santiago, tras ser trasladada en helicóptero.
¿El motivo? Eleonora dice que no tenía conocimiento de ser alérgica al atún, y que el diagnóstico no habla de tal, dice, pero sí de una reacción como las alérgicas que fue derivada de esa comida. El sábado, fuentes de Emerxencias señalaron que era alérgica a pescados y mariscos. Es cauta al respecto y señala que se hará más análisis con sus médicos ahora al llegar a Italia, para «poder entender qué ha pasado», pero cita que los doctores que la trataron le hablaron de escombroidosis, a la que ella se refiere en italiano como sindrome sgombroide, y que se deriva de una posible irregular conservación del pez. Asegura que ha comido sushi más veces y que nunca le pasó nada semejante.
Eleonora explica que está muy agradecida por el trato recibido. Empezando por el dueño del albergue Muxía Mare, José Manuel Rodríguez, que fue el que la atendió en primer momento. «Estaba moi mal», recuerda. Cuando le dijo que se sentía mal ya empezó a caerse, en recepción. José llamó al 061, le describió los síntomas y lo fueron guiando para saber qué hacer: «Dixéronme que tiña que evitar que se durmise, que lle golpeara a cara, que lle movese os brazos. Eu estaba supernervioso. En vez de ir eu explicando, era a média a que me preguntaba a min, e todo o que me dicía do que tiña, así era.«'Ha comido pescado, es un caso grave de alergia al pescado', dicíame. E tamén que a puxera de lado, para que non se atragantase co vómito».
Al poco rato se personaron los miembros de Protección Civil, del 061 y su helicóptero. Fue cuando le perdió la pista, aunque ayer domingo habló de nuevo con ella para ver qué tal estaba, ya vio que mejor. Se comunicaron siempre en italiano, idioma que José habla gracias a sus 27 años de estancia en Liechtenstein. Allí aprendió más idiomas, como el alemán, que ahora le son muy útiles para sus clientes internacionales. Este hostelero coincide con Eleonora en elogiar el trabajo de los servicios de emergencia. «Non sabemos o que temos!», asegura.
El restaurante
El dueño del restaurante en el que comió la italiana considera muy precipitado, e injusto, atribuir la indisposición directamente al atún. Asegura que pertenece a un lote «perfectamente identificado», de su suministrador habitual, con todas las garantías. Que ese mismo día vendió más atunes y que no le pasó nada a nadie. Además, señala que desde que ocurrió eso, el sábado, nadie le ha notificado nada, ni llamado, ni han acudido a ver sus instalaciones. Cree que en este tipo de casos es necesario saber si entre el restaurante y el hotel, o antes, ella tomó alguna otra cosa.