Nosa Señora do Faro aprende del patrimonio cultural local: «Procuramos unha escola viva»

Patricia Blanco
P. BLANCO CARBALLO / LA VOZ

PONTECESO

Vendimia, esfolla, cestería o trenzado de cebollas y ajos: todo ello lo palparon los pequeños en la escuela de Brantuas, Ponteceso

04 oct 2024 . Actualizado a las 21:54 h.

El conocimiento y por tanto el cuidado del patrimonio cultural de proximidad es materia de currículo en el Colexio Rural Agrupado (CRA) Nosa Señora do Faro, con escuelas repartidas en Ponteceso, Malpica y Cabana. Fue en la de Brantuas donde este jueves celebraron lo que llaman una «festa da vendima», pero que en realidad fue una exaltación de todo el saber rural que rodea a los centros, desde la cestería al trenzado de cebollas y ajos —con Carmen—, la esfolla de maíz o la propia vendimia.

Todo ello, además, vinculado con el arte, y con la suerte de que una exalumna del CRA, Sheila, ya con prácticas de docencia hechas, regresase para ofrecerles un taller. Les faltaron, por causas distintas, un percebeiro y una pandeireteira, pero incluso así los niños pudieron aprender de manos de la directora del CRA, Rosa Barreiro, cuáles son las artes o ropas que emplea un percebeiro, por qué llevan precio los percebes o cuánto importan las «augas batidas» de la zona.

Una familia ligada al centro en cursos anteriores aportó «dende pés de millo a un tractor» para convertir en fotocol, y así disfrutaron de una fiesta en la que estuvieron acompañados por el centro coruñés Aspronaga, que repartió como detalle chapas hechas con imágenes del CRA. Borona y pan de trigo con chocolate, cuentacuentos otoñales y vestimentas de época, con los niños ataviados de labriegos, o la exhibición y muestrario de dos cesteiros, Alfonso y José, redondearon una jornada en la que también aprendieron más de un medio vital para la agricultura como lo fue el carro en sus distintas variantes.

«Espertou todo moita curiosidade. Empregamos a metodoloxía de aprender do entorno máis próximo. Todo o que se coñece e quere, cóidase, e agardamos que coiden do noso patrimonio cultural. É unha homenaxe a todos os que fan posible, aos avós, bisavós.... Procuramos unha escola viva, aquilo que se aprende dunha forma viva, que é vivenciado e non só puramente memorístico, non se esquece, quedará nos nenos», sopesa Rosa.