El cuadro granate sumaba dos puntos menos en aquella ocasión, pero levantó el vuelo con una gran segunda vuelta
13 oct 2010 . Actualizado a las 03:07 h.El Paupérrimo arranque de temporada del Pontevedra solo encuentra parangón en la temporada 2000-2001. El equipo que empezó el milenio se encontraba a estas alturas del campeonato con solo 5 puntos, dos menos que en la actualidad, después de sumar dos empates y una victoria en las ocho primeras jornadas del campeonato.
El colectivo de entonces no había estrenado su casillero de puntos hasta la cuarta jornada. Lo hizo con un empate ante el Universidad de Oviedo en Asturias (1-1). Antes había caído con la Ponferradina en El Toralín ?(3-0) y frente a Zamora (0-2) y Alcorcón (0-2) en el Estadio de Pasarón. En la quinta jornada cedió otra igualada en casa con el Atlético de Madrid B (1-1) y siete días más tarde conquistó su primer triunfo frente al Caudal en Mieres (0-1).
Sin embargo, los granates volvieron a las andadas de inmediato para perder de forma consecutiva sus duelos contra Vecindario (2-3) y Fuenlabrada (4-0). La goleada sufrida en Madrid hundió al Pontevedra en la penúltima posición de la tabla. Solo el Ávila era peor con tres empates y cinco derrotas.
Los granates acabaron la primera vuelta en esa misma posición con 17 puntos y el que más y el que menos comenzó a tener pesadillas con el descenso a Tercera.
Sin embargo, los nubarrones empezaron a despejarse en la jornada 23 con una victoria sobre el Universidad de Oviedo en Pasarón (3-2). El equipo, que contaba hasta entonces con 18 puntos, cogió una racha positiva que le hizo sumar la nada desdeñable cifra de 21 de 33 puntos posibles. Los 39 puntos lo dejaron a un paso de la salvación. No obstante, con la meta casi conseguida regresó la pájara y el Pontevedra se dejó ir para acabar con 44 puntos, con dos de ventaja sobre el descenso.
Once puntos en la 2008-2009
La siguiente temporada signa de reseñar por el mal inicio del conjunto granate es la 2008-2009 con Rafa Sáez en el banquillo. El técnico se encontró con un sin de problemas en forma de lesiones desde la pretemporada, que afectaron sobre todo a la línea atacante del equipo. Pese a ello, el Pontevedra estaba en la octava jornada en una situación mucho más favorable. Era duodécimo con 11 puntos y se encontraba a cuatro de la segunda plaza, que compartían Ponferradina, Sestao, Real Unión, Zamora y Lemona.
El descenso, que lo marcaba el Lugo, estaba a la misma distancia. Por ese entonces, el preparador pontevedrés ya empezaba a ser cuestionado y al final fue destituido antes de que acabara la temporada. José Aurelio Gay tomó el relevó, pero no consiguió meter al equipo en la fase de ascenso.
Cuatro puntos más
Hay que destacar que el Pontevedra tampoco cumplió las expectativas creadas en el inicio de la pasada temporada. El proyecto de Roberto Aguirre quedó pronto en entredicho porque el equipo ofrecía una imagen dubitativa y los resultados no llegaban. Aún así, el equipo era noveno a estas alturas con 12 puntos y estaba a cuatro del Éibar, que marcaba el límite de la promoción.
El técnico fue destituido en la jornada 14 después de perder con el Montañeros en Pasarón (0-2). Ese traspiés dejaba al Pontevedra noveno a cinco puntos del Deportivo Alavés, cuarto. En esta ocasión, el revulsivo de la llegada de Pablo Alfaro surtió efecto con el paso de las jornadas.